jueves, 3 de agosto de 2017

El Quilombo constituyente



Eramos muchos y parió la abuela, dice el refrán. Unos días antes de la elección revisé mi situación en la página del CNE y descubrí que tenía derecho a votar dos veces, una por venezolano (registro territorial) y otra por empleado público (registro sectorial) porque al ser profesor de la central tengo esa clasificación.  Claro, no tengo carnet de la rabia y por eso no tengo derecho a votar unas veces más, debido a que soy profesional, empresario, y quien sabe qué otras clasificaciones. Pero es que además antes de la última locura, apoyé a Acción Democrática en las validaciones y aparezco como Adeco, algo que ni en AD aparece.  Pero mi orgullo por Rómulo, me llevaría a ser adeísta.

Si fuese miembro del PSUV aparecería en los otros registros electorales y podría votar 6 o quizá hasta 9 veces en el quilombito último. Por eso tienen una participación tan masiva. Si la oposición hubiese votado, tendrían que mostrar la paradoja que quizá con 9 millones de personas, se alcanzaron unos 12 millones de votos. Todos gritan hoy es imposible que haya votado tanta gente. Pues, pueden haber votado 3 millones de personas y con eso llegar a 6 millones de votos.

La trampa es esa, con un 10% del registro que nunca entegan para ser validado, acaban de ganar una asamblea que pretende tener más poder que otra que se validó con aproximadamente el 60% del registro.  Si la oposición es capaz, este es el hilo por donde se desmonta toda la pieza y se acaba definitivamente este gobierno y sus tropelías.

Pero hay un problema. Si la oposición cree que se puede volver al modelo fracasado de Acción Democrática y Copei, que pretende repartir una renta entre los amigos y simpatizantes. Preparense para el regreso de cualquier estúpido con boina de cualquier color que ofrecerá villas y castillas para terminar en este mismo pantano socializante. La única vía es la del trabajo, la producción y el sector privado, con reducción de impuestos, reducción de gastos y eficientización del gobierno y del sector privado. No existen terceras vías, ni cuartas, ni nada por el estilo.

Lo otro es la represión. Hay algunos necios que creen que el gobierno se las sabe todas. Que todo lo planifica, que todo lo tiene medido y que nunca fracasa.  Quien así piensa se merece el gobierno y debería buscar su carnet de la rabia. La represión, como casi todo es idea de los cubanos. Ellos que tienen tan poco cerebro como el gobierno, creen que los venezolanos son cubanos, y piensan que así funciona de maravilla en Cuba. Pero venezuela tiene casi doscientos años de república y cuarenta años con un sistema medianamente democrático, en una situación así, la represión causa en lugar del sometimiento una mayor sublevación. Por eso, quienes obedecen la recomendación están provocando el desprecio más grande y profundo que se haya dado en Venezuela por la Fuerza Armada.

La finalidad de la constituyente probablemente no sea elaborar una nueva constitución, y creo que al igual que la primera su oferta es falsa. No pueden resolver problemas económicos haciendo cambios jurídicos. El socialismo no funciona en ningún ámbito político, por lo que al igual que la constituyente de 1999, esta no servirá para nada, lo diferente es que aquella, la de Chávez era un buen engaño, hasta hoy la gente cree que esa constitución es buena, prueba definitiva de que ninguna constitución hace falta; la asambleíta de ahora tiene el pequeño problema que el 80% de la población no la quiere. Sin embargo, esta historia se está escribiendo y creo que el final será de película.

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