miércoles, 21 de enero de 2015

La economía no soporta más improvisaciones

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Todos culpan a Maduro por la crisis que estamos viviendo y tienen en parte, razón. Sin embargo, buena parte de la culpa la comparte con Chávez porque los errores que llevaron a la situación actual no aparecieron recientemente. Eso es también, lo que piensan muchos en economía que la crisis se generó hace poco, por los errores del último gobernante. Eso no es un defecto venezolano, en otros países se asocia el echarle la culpa a quien lo toma la crisis, así sea por sorpresa, eso sí, si la crisis se soluciona en ese período, el gobernante que está por casualidad ahí tiene como crédito, quizá no merecido, que todos lo refieran como el salvador de esos problemas que aquejaban a la sociedad. Eso, es lo que le ocurrió a Franklin D. Roosevelt, quien cometió errores hasta el cansancio y sin embargo, le tocó ver cómo a pesar de ello el país que dirigía se recuperó, y ganó para sí y para las políticas que propuso un inmerecido lugar.
No se asusten, no voy a cometer el error de afirmar que a pesar de los errores de Maduro la economía se va a recuperar y todos vamos a pensar que el socialismo o ese fascismo mal entendido que tienen en la cabeza la mitad de los venezolanos va a ser adorado. Falta un tramo, y si ocurre, será al igual que en USA producto de un fenómeno externo, como lo fue la Segunda Guerra Mundial. Ojo, hay que estar claro, no es como algún payaso con premio nobel afirma, que si se da una guerra hay recuperación, en el caso muy especial de USA como la guerra se da fuera del territorio hay una posibilidad de recuperación importante.  Ojo, una guerra es devastadora, no origina por si misma más que destrucción.
Estamos en esta crisis por los errores que consecuentemente cometió Hugo Chávez desde que comenzó a gobernar. En 1998 ganó, pero su desconocimiento político del largo plazo y sobre todo económico, lo llevó a casi perder su puesto por todos los problemas políticos y sociales que se originaron entre 2001 y 2003. Sin embargo, los errores de la dirigencia empresarial y política fueron aportándole puntos a favor a Chávez, que supo capitalizarlos por su habilidad política de corto plazo.
Como ocurre en el Príncipe de Maquiavelo, Hugo tenía fortuna pero era escaso en virtù y como dice Maquiavelo, es bueno que el príncipe tenga fortuna pero lo fundamental es que tenga virtù. La fortuna lo acompañó hasta en su muerte, porque él mismo no se va a enterar nunca de la suerte que tuvo al morirse.
El hecho que los precios del petróleo se dispararan a lugares inusitados en la historia es una muestra palpable de esa fortuna que lo acompañó. Los recursos inmensos, pueden confundir y hacer creer que es posible armar un tinglado socialista, como en su tiempo también lo hizo Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno, que es para la mayoría de los venezolanos un ejemplo de un buen gobierno. Los precios del petróleo son una droga que se distribuye entre los venezolanos por medio de los regalos del gobierno y atrae la popularidad inmediata del gobernante. Sin embargo, el petróleo no le pertenece al gobernante y todos saben distinguir entre el bolsillo y la mano. Por eso, el Carlos Andrés Pérez que ganó en 1988, ostentando la popularidad altísima, hasta que dijo que el bolsillo estaba vacío, pero que era la misma mano. Ahí se acabó CAP, cosa que no le puede ocurrir ya a Chávez, esa fue su última fortuna. El sí tuvo la otra muerte a la que se refirió CAP. Los fascistas de izquierda que acompañaron a Hugo intentarán convencernos que ese gobierno fue bueno y que, incluso es mejor que el primer gobierno de CAP, pero yo no soy la señora Tintori, pues me acuerdo perfectamente de lo malo que fue el gobierno de Chávez y no me gustaría que Leopoldo se convierta en presidente para que sea un Chávez de la clase media. No hace falta eso.
Venezuela no soporta más errores y efectivamente Hugo Chávez llegó al poder porque lo anterior también estaba equivocado. Muy pocos presidentes han hecho un buen papel en Venezuela y casi todos, con muy contadas excepciones lo hicieron bien. Lamentablemente, uno de los que lo hizo mejor fue Antonio Guzmán Blanco y todos lo descalifican, porque dicen que fue ladrón, para decir lo menor. Sin embargo, quienes descalifican a Guzmán, acompañaron a gobiernos que le ganaron en el pugilato del enriquecimiento ilícito a Guzmán y lo hicieron peor en todos los rines. En el siglo XX hay dos excepciones, Betancourt y Leoni, más el primero que el segundo. Pero sus ideas económicas se parecían a lo que Chávez tenía y a lo que la oposición propone. Por lo que su efectividad, al igual que lo que ocurrió con Roosevelt estuvo asociada a que el Banco Central era un ente casi privado y el gobierno era tan pequeño que no importaba mucho si lo hacían bien o mal. Esos si eran buenos tiempos. Hoy si el gobierno lo hace bien nos perjudica y si lo hace mal también.
La idea descabellada de Maduro, de profundizar la revolución lo único que va a provocar es un desastre magistral y no va a haber escusa, porque aquí no se fue la clase media como en Cuba, se han ido, pero no todos se pueden ir y ese va a ser el freno fundamental. Sabemos que el gobierno va a fracasar y la única manera de cambiarlo es que se pueda hacer un referéndum en dos años o esperar cinco, porque ya va uno. Pero los invito a preguntar ¿Cuál es la propuesta de solución de la oposición? Ellos no entienden el problema, de hecho el país les sobra, los desborda. Es imposible hacer crecer al país sin bajar los impuestos, sin eliminar esta sangría de devaluaciones cada vez que el gobierno necesita recursos. Para ello el gobierno debe achicarse y en serio, debe privatizar todo lo privatizable. Aquí cabe una pregunta ¿los venezolanos están preparados para eso? La respuesta a esa pregunta lleva atada la descripción del tamaño del líder que se necesita para ese proceso. ¿Ustedes lo han visto? Porque ese líder debe hacerle entender a su país que el gobierno no es la cajita donde se solucionan todos los problemas personales, sino que el gobierno es quien hace una gestión pública y una gestión pública está fuera del ámbito de una gestión privada. Por tanto, el concepto de gobierno que tenemos los venezolanos tiene que ser cambiado de cuajo, junto con las creencias y las expectativas que tienen la mayoría de las personas. Menudo lio. Si me preguntan, quien quiera ser presidente o está loco, o no sabe el problema en el que está metiéndose.

lunes, 12 de enero de 2015

Una receta para el progreso



Parece que los precios del petróleo se acercan al valor pronosticado por nosotros, sólo tengo que decirles que en invierno del norte, normalmente los precios suben, no bajan como viene ocurriendo desde diciembre y cuando bajan de verdad es en primavera (recuerden que comienza el 22 de marzo) entonces esperen bajas más consistentes en el crudo para aquel mes. Mientras, el gobierno seguirá jugando a esperar que el mercado repunte, sin ningún sentido.
Curioso, pero el gobierno socialista ha abandonado la planificación para dejar que el mercado le resuelva sus problemas, pero como buen socialista no conoce, ni respeta al mercado, tampoco entiende que el mercado no va a complacerlo. Por su parte, la oposición que se dice liberal espera que el gobierno haga algo. Por ejemplo ir al Fondo Monetario Internacional (FMI), subir la gasolina, liberar el cambio, liberar los precios. Cualquier cosa que evite que a ellos les toque hacerlo, ¿es decir que la oposición es también socialista? Pues claro, es esencialmente socialista, pregúntenles si el mercado funciona y verán que la respuesta es que no se puede dejar sólo al mercado. Basta además con oírlos decir que no se puede liberar el control de cambio sino de una manera gradual. Pues les informo que el FMI que es realmente una de las instituciones del socialismo internacional aboga por la eliminación inmediata del Control de Cambios, por ello en 1989 cuando Miguel Rodríguez era ministro de Cordiplan, levantaron el Control de un solo golpe. También en 1986 cuando se suscribió el acuerdo denominado Agenda Venezuela con el aval del FMI, Teodoro Petcoff eliminó de golpe y porrazo el control de cambios de Caldera.
Tengo unas advertencias, para quienes no creen que el mercado y la empresa privada son la única alternativa y quienes todavía creen que es posible un modelo de corte Keynesiano, así como los que siguen al señor Krugman, o a Piketti que es el actual vocero del rancio y fracasado marxismo. La unión Soviética se desplomó invirtiendo y propugnando un capitalismo de estado que no es ni puede ser solución para nada. Porque el gobierno no puede ser empresario y gobierno. O es una cosa o la otra. La única garantía de crecimiento en cualquier país, llámese este Venezuela, es la privatización total de las empresas que hoy tiene el gobierno en sus manos. Así como el progreso comenzará cuando entendamos que somos responsables todos, en relación a las decisiones que tomamos, es decir, con el eclipse del gobierno.
La otra se refiere a los impuestos, para que un país crezca, es necesario que los impuestos sean bajos. Un país de poco desarrollo como Venezuela no puede aplicarle a sus nacionales y a sus empresas un impuesto igual al de un país que ya está desarrollado. Por tanto, toca la reducción de impuestos y por tanto la reducción del tamaño del gobierno. Esto es importantísimo, porque todos los defectos del modelo que se aplica se basan en el desequilibrio de las cuentas fiscales, y no puede este solucionarse con un incremento de impuestos. Su solución pasa por la reducción del gasto.
Si se privatiza todo, y si el tamaño del gobierno se reduce, resulta innecesario realizar más devaluaciones y eso añadirá además de un ambiente con poca inflación, un ambiente en el que los que trabajen y ahorren se enriquezcan, lo que redundará en la mejora de toda la población. ¿no es eso el desarrollo?
Ahí tienen la receta.