El
pasado viernes iba de Caracas a Puerto Ordaz a dar clases de Mercados Financieros y cuando me
bajé del avión me avisaron que habían devaluado, por supuesto, de inmediato
todos hablaban del fenómeno y todos comentaban de lo pobres que se sentían.
De veras, me da dolor
que los colegas se refieran a esto como una devaluación y hablen sobre lo
inconveniente de las medidas, etc., etc., etc. Por supuesto, si ellos
estuviesen en el gobierno harían lo mismo o peor. ¿Alguien ha oido por ahí
que el gobierno debería quitar el control de un golpe? ¿ Alguien ha oido alguna
otra palabra que no sea gradualidad?
Lo primero es que no
devaluaron. Realmente no, la devaluación ocurrió hace rato. Cuando las lechugas
se vendían a 20 ya estaba devaluado, y peor, como el Banco Central emite
un promedio de 50% más de dinero todos los años, el cambio tiene todas las
razones para estar por encima de 15. Una recomendación, busquen el precio de
cualquier cosa que se quieran comprar en cualquier tienda de Venezuela y
dividan ese precio por el mismo precio de esa cosa en amazon.com, se van
a sorprender que lo que les da no es 4,30 ni 5,30 (antiguo cambio del
SITME RIP) y menos 6,30 actual cambio. Eso pasó antes de el viernes 8 de
febrero.
El miércoles de ceniza
se verá que pasa en los mercados (que todavía existen) a pesar de la
estupidez persistente de los politicastros.
¿Qué va a pasar?
Muy sencillo, si no aflojan y comienzan a entregar verdes, el cambio negro
no bajará, antes bién va a seguir subiendo, si aflojan entonces este
malabarismo que es colocar el tipo de cambio del control un 46,5% más arriba no
servirá de nada, sólo para que los conversadores tengan compañía para las
cervezas.
Si en cambio aflojan,
durará lo que duró el de 4,30 o el de 2,15. Porque es que tanto el
Gobierno como el Banco Central, están sólo pendientes de hacer que todo
poseedor de bolívares pague amargamente la necedad de creer que alguien va
a venir a rescatarlo.
¿Qué deberían hacer?
Liberar el cambio, liberar todos los precios y privatizarlo todo, hasta el
petróleo. Pero quién va a hacer esto en un país donde lo único que se
enseña en las cátedras de economía es matemática y Keynes, y a todos les
enseñan mi ciencia, como si fuera el catecismo de una religión revelada. Sin
embargo, sigo teniendo esperanzas. Mientras les dejo la caricatura que encontré en la red.