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Sólo es posible el desarrollo en libertad. Democracia no es presidencialismo. No por mucho votar, un país es democrático y sobre todo, los gobiernos siempre son organizaciones que deben ser limitadas a unas pocas funciones que el conjunto de los ciudadanos le permita a estos administradores
lunes, 4 de diciembre de 2017
domingo, 26 de noviembre de 2017
¿Cómo explicar a Cagan y sus resultados?
El Trabajo de Cagan se basa en
dos ecuaciones de equilibrio, una de ellas es la ecuación de los intercambios
de Fisher, que es muy parecida a la ecuación de Marshall, que es la que se
describe de seguidas:
MS V = P Q(1)
Debido a que ambos autores
aceptan que la velocidad de cirulación del dinero V, es una constante y que la
ecuación refleja como el dinero se adapta a las necesidades para suplir las
transacciones corrientes de una economía, puede igualarse la segunda parte de
la ecuación al PIB de un país. Hay que hacer la salvedad que ni Marshall, ni
Fisher conocieron nuestros agregados macroeconómicos, por lo que ellos no
estarían muy conformes con que le colocaramos PIB al elemento real de la
identidad. Ahora como la velocidad es el inverso de la demanda de dinero, que
son las necesidades de saldos de dinero de la economía, entonces podríamos
reescribir la velocidad de la siguiente manera:
Hay algo
más, que también involucra el trabajo de Cagan. La hiperinflación es un
desequilibrio que puede extenderse por períodos cortos, uno, dos o tres meses.
Antes de el fenómeno debe haber un instante de elevada inflación que puede terminar
en ese fenómeno o que puede extinguirse, todo depende de la relación entre la
oferta y la demanda de dinero. Cuando ocurre, la hiperinflación es un desequilibrio muy acentuado
que se termina en una recesión también extrema.
El modelo
de Cagan no llega a establecer una situación de desequilibrio e insiste en una
estimación en el equilibrio. Si insistimos en esa condición y mezclamos las
ecuaciones uno y dos, resultaría una identidad de la siguiente manera:
A los economistas se les
instruye en el mundo del equilibrio y cuando ocurre un desequilibrio es parte
del proceso dinámico, que no está ampliamente desarrollado en la teoría y se
resuleve en una nueva situación de equilibrio, por lo que podemos decir que la
oferta y la demanda de dinero deben ser iguales:
Ms=Md
Como hemos
dicho que estamos en la equación 3 un número dividido por si mismo es uno y eso
resultaría en la siguiente identidad:
1= P Q
A todas luces esto es un
absurdo, porque la suma de todo el PIB que es el producto de precios por
cantidades y no puede resultar uno. La ecuación de cambios es ampliamente utilizada
por los economistas, incluso Keynes se mantiene en ella en el Tract, el Treaty
y la Teoría General. Aunque también la critica por su poca utilidad para
explicar los precios. Sin embargo, aunque son muy similares, Keynes habla de la
superioridad de la ecuación de Marshall (tambien llamada ecuación de Cambridge).
Sin embargo, vemos que la ecuación está mal especificada matemáticamente. Hay
otro problema y es físico (la matemática es el lenguaje de la física) Si usted
divide la oferta y la demanda de dinero y ambos se miden en términos de
unidades monetarias corrientes. Por lo que, en el lado monetario no hay unidad
de medida, recuerden que da uno. Del otro lado, el real, multiplican precios
por cantidades por lo que eso se mide en unidades monetarias corrientes. Esto
no pasa el filtro de la física, tampoco.
Como pueden ver no creo que la
ecuación esté bien, y uno esta, a las críticas que otros economistas han hecho
de esta fórmula o simplificación matemática.
Ahora volviendo al modelo de
Cagan y sus resultados, ese desequilibrio que estudia es una aceleración del
crecimiento de los precios que desemboca en una situación que llamamos
hiperinflación, esta es de corto plazo, no de largo plazo, por lo que es un
desequilibrio casi instantaneo. Está precedido de inflaciones elevadas, pero
hasta ahora el crecimiento puede ser por un plazo largo. La aceleración sería por uno o dos meses de crecimiento violento de precios donde hay mucha emisión
de dinero (oferta) y un desprecio generalizado del dinero como medio de pago, es decir una caída
pronunciada de la demanda. Es decir, en ese momento la Oferta y la Demanda no
son iguales, son inmensamente diferentes. En el periodo previo a ese fenómeno
los crecimientos de precios pueden ser altos, pero no necesariamente superiores
al 50%. Por lo que creo que el 50% de crecimiento de los precios mensual es una
mala definición para identificar la hiperinflación.
Sobre la demanda de dinero.
La demanda de dinero no es
constante, nunca. Es altamente inestable, de hecho, los economistas definen la
demanda como el deseo de tener algo a un determinado precio. Las personas
demandamos dinero para realizar diversas formas de actividades y esas
actividades son diversas a lo largo del día y a lo largo del tiempo, por lo que
cada vez cambia, incluso de un momento a otro. Hagamos un ejemplo. Las personas
que están haciendo cola (fila) en un cajero automático (ATM) tienen una
determinada demanda de dinero, dependiendo de sus necesidades de efectivo y
esta va modificandose en la medida en la que se acerca al cajero. En Venezuela
dada la escasez de efectivo, los cajeros detienen abruptamente el suministro de
dinero. En la medida que el demandante se va acercando puede ocurrir que sus
temores por ser a quien el cajero le da el mensaje de buscar otro ATM. Si llega y el cajero le suministra el dinero
deseado, entonces la demanda disminuye a niveles bajos, que serán más bajos y
estables en la medida que la situación de su pais sea más estable. Por eso los
clásicos y neoclásicos aseguran que la demanda de dinero es estable. Sin
embargo, es muy difícil estimarla, porque como pueden observar en este caso de
una persona, en un lapso de 30 minutos, que es lo que una persona puede
permanecer en esta cola (fila) la demanda sube o baja dependiendo de la trasnsacción
y sus resultados. Es muy difícil, por no decir imposible estimar una demanda de
dinero agregada de la economía. Por lo que el análisis de estos estimados es
fatuo. Lo siento, pero creo que los bancos centrales que hacen esto, cometen
errores importantes, que en los países poco desarrollados son mayores que en
los desarrollados. Pero es una de las limitaciones del estado del arte en
economía.
lunes, 20 de noviembre de 2017
La Hiperinflación ¿Cómo explicarla?
El
modelo de Cagan es el parámetro desde el cual la mayoría de los economistas
definen la hiperinflación. Establece en
su trabajo que si la economía en su desempeño tiene un nivel de al menos 50% en
un mes, entonces esa economía sufre de hiperinflación. Esa medida es
arbitraria. De hecho el prof. Humberto García Larralde afirma que como
Venezuela alcanzó en octubre una cifra del 45.5% mensual de incremento en los
precios ya eso resulta suficiente para considerar que estamos en hiperinflación.
Pero no
solo es arbitraria, Es que en la teoría económica no hay forma de entender la
hiperinflación. Los economistas nos hemos preparado en la creencia que existe
el equilibrio y que si éste se desvía, pronto vuelve a conseguirse. Pero la
Hiperinflación es un problema de desequilibrio extremo. Los monetaristas dicen
que la inflación es un problema monetario, que cuando crece la masa de dinero
deben crecer los precios, como si fuese una relación directa y proporcional,
porque ellos también creen en el equilibrio. Hay momentos en los que la masa de
dinero crece y los precios ni se inmutan, como fue el caso de los EEUU en 2008,
en la crisis hipotecaria. Hay otros casos como el de Venezuela en el que los
medios de pagos crecen y los precios también. Pero lo peor de la inflación, es
lo que no se ve que es lo que ocurre con la relación de los precios en
economía. Si usted va al mercado un sábado y vuelve el sábado dela siguiente
semana, y usted siente que perdió la relación de precios, eso es la prueba de
lo que decimos, se perdieron las proporciones y estamos en hiperinflación.
Ahora, eso no se mide con un número como 50%, y lo detectan quienes compran y
venden, no todo el mundo.
Ahora
cualquier política monetaria expansiva produce daños irreparables en la
economía. Incluso hasta los keynesianos olvidan que Keynes aseguraba que no era
recomendable hacer política monetaria, pero es que hasta en eso el profesor de
estadística de Cambridge se contradecía, porque es imposible aplicar una política
de gasto público sin recurrir de alguna manera a realizar política monetaria.
Si
revisan, nunca me quejé en este blog por la ausencia de estadísticas por parte
del BCV. La inflación no se mide con un índice de precios (ni el del
consumidor, ni el de precios al mayor) y el crecimiento económico no se mide
con el PIB, si fuese así el paquete de
Pérez mostraba recuperación económica y lo que realmente ocurría era un
crecimiento del consumo, porque algunos precios bajaron y eso elevó el poder de
compra de quienes se anotaron en esa onda. También tendríamos que afirmar que
los años de Chávez eran de crecimiento económico. Bueno hay positivistas que
creen en todos esos números y no se cuestionan nada, porque en las mañanas se
ven en el espejo y pueden lavarse la cara, afeitarse y cepillarse los dientes. Pero
si miran mejor el espejo lentamente va mostrando el deterioro, que el corto
plazo no muestra y que va destruyendo la economía.
Soy de
la idea de que a los economistas se les pasó la mano. Parecemos una banda de
positivistas cuando afirmamos una cosa tan tajante. Si en una economía los
precios crecen a un ritmo del 3% mensual al cabo de un año tendrá un 42,6%
anualizado y si eso se extiende por dos años sus precios habrán subido
acumulado un 103,3% lo que significa que al cabo de 2 años el valor del dinero
se ha perdido por completo y, de acuerdo a mi criterio, requeriríamos una
reforma monetaria.
Si una
economía experimenta un crecimiento de precios al ritmo de 50% en un mes y eso
se anualiza resulta que tiene un 12874,6 % de incremento en los precios. Eso no
es hiperinflación es una calamidad nacional. Por lo que la medida es arbitraria
y fatua, pero a los economistas les gusta ser profetas de una ciencia lúgubre y
les encantan las noticias malas, como los Defaults y las predicciones de que el
año siguiente será peor al actual.
Lo
primero que hay que afirmar es que la inflación no es el incremento de los
precios. Inflación es el incremento de la masa monetaria de un país y eso en
Venezuela viene ocurriendo desde 1974. Por lo que la inflación es el ambiente
en el que al menos yo, he vivido casi toda mi vida de los 58 años que tengo. He
vivido en ese entorno en los últimos 43 años, es decir un 74,1% de mi vida,
para ser positivista como la mayoría de mis colegas. En otras palabras, un
cientista, que cree que lo que hace es ciencia y que vive a mediados del siglo
XIX. Amigos estamos en el XXI.
Como la
inflación no es el incremento de precios ese fenómeno no se detecta en un
índice de precios. Porque el índice de precios no mide la estructura de precios
que es la que realmente sufre y que hace
que los empresarios tomen decisiones equivocadas, y no les cuento aquellos que
no son empresarios.
Ahora la
hiperinflación es un desequilibrio que consiste en que el gobierno emite
cantidades inmensas de dinero y que la gente no quiere, ni necesita. Eso se
evidencia cuando la demanda de dinero que es el deseo de tener dinero
desaparece y por tanto el dinero pierde su capacidad de ser dinero para la
mayoría de la sociedad, entonces las personas lo gastan lo más rápido posible,
por lo que se acelera la velocidad de circulación del dinero y en el extremo,
pasan a creer que cualquier precio es barato y lo pagan, por tanto lo que
quieren es deshacerse del dinero que tienen y adquirir los activos, porque
probablemente no los van a poder comprar en el corto plazo. Es el mundo de la
película Cabaret, que refleja de maravilla la hiperinflación alemana de 1923. La
gente en la noche gastándose el dinero que lograron reunir en la tarde, porque
al amanecer siguiente, esos papeles no valdrán nada.
En
otros países que han vivido este drama, hay sucedáneos que sustituyen al dinero
nacional, por ejemplo la moneda de un país extranjero, o los cigarrillos o
cualquier otra mercancía no perecedera que en la mente de los nacionales
representa estabilidad y por tanto lo que no representan los billetes en la
mente del consumidor. Eso lo estamos viendo, cuando suben el sueldo y la gente
no se alegra, sino que se entristece porque creen que el incremento de sueldos es
inflacionario, y lo que ocurre es que no lo es. Porque la inflación ya ocurrió
y el aumento de sueldos solo sirve para compensar parcialmente el malestar de
los nacionales.
Estamos
en hiperinflación desde hace rato, lo que ocurre es que nuestros economistas se
enteran tarde, de la misma manera estamos dolarizados desde hace años lo que
falta es institucionalizarlo. Somos como dijimos una banda de positivistas que
observan el comportamiento de sus ratones de laboratorio. Unos tristes ratones
que pagan impuestos, creen en aumentos de salarios, creen en bancos centrales autónomos. Ratones
del mundo, uníos, vuestro enemigo se viste de gobierno y se transforma de
Chavista, a Madurista y quizá, si tienen suerte los opositores en MUDECO.
-->
Sobre
el billete de 100. La falta de seriedad no es nueva en economía y los viejos
errores historicistas que llevaron a la hiperinflación alemana, también están
presentes en nuestro pensamiento, esto no es planificado, es pura improvisación
y de la mala. Por eso les muestro un billete de 100.000.000.000 de marcos
alemanes del año 1923, si se fijan el billete tiene en números 100 y en letras
milliarden que significa cientos de millones en la lengua de Goethe. Ellos
también tenían pena de colocar tantos ceros o necesitaban hacer creer en la
última patraña, Cualquier parecido con nuestro billete de 100.000 no es
casualidad, creer que Venezuela es especial, y que aquí no funcionaría la
libertad económica, además de que aquí no se cumplen las leyes de la economía,
es parte del desgastado, inútil y perjudicial discurso de los historicistas.
martes, 17 de octubre de 2017
La mano invisible
Los eruditos y los legos están
profundamente equivocados cuando se refieren a este elemento. No es la mano
peluda de Chávez, tampoco es el equilibrio económico como dicen los manuales y
mucho menos es Dios como pretenden los creyentes en su sinrazón. La mano
invisible es la teoría de las consecuencias no intentadas.
Este domingo hubo elecciones de
gobernador en el País con Alzheimer, y doy gracias a Dios, no a la mano
invisible que no me tocó votar, porque soy de Caracas municipio libertador. Realmente
me cuesta mucho votar en estos días. Antes era más sencillo, porque uno votaba
por los adecos y se sentía menos comprometido, pero hoy uno entiende que son
tan perjudiciales los Mudecos como los Chavecos, parecen todos unos Madurecos.
Hay quien pretende dar explicación
a los resultados por la abstención y eso, amigos es un simplismo digno de un
socialista, parecen un híbrido de Henry Ramos con Héctor Rodríguez, atroz
esperpento digno de un cuento de RL Stevenson. El Dr. Ramos y Mr. Rodríguez. La
elección de 2015 tenía un ingrediente que la del 2017 no tiene, los que votaron
(la mayoría) creía que así se sacaba rapidito al gobierno de Miraflores, buen
invento de Stevenson, pero no era tan fácil y menos si el Dr. Ramos se
convierte en Mr. Rodriguez y le juega la partida inversa a todos los demás. Por
eso, esa elección tuvo poca abstención.
La elección de 2017 tenía el
desencanto de que la asamblea no sirve para gobernar y que esta se anula con
una Asamblea Destituyente, que es ilegal, inconstituyente, pero nos la calamos,
la visitamos y ya casi la queremos. Además, el CNE hizo cambios de centros de
votación para desestimular la participación, porque ellos saben que la trampa
sirve pero no tanto. Por eso la abstención de 2017 es una buena explicación
pero le faltan especias y otros ingredientes.
Entonces si usted mezcla
abstención con trampita el gobierno sale bien de la elección y si mezcla
participación con trampita los Mudecos salen mejor parados. Lo peor es que ni
el gobierno sabe cuánto, ni la Mud sabe por qué. Es, amigos, la mano invisible,
es decir usted planifica y se da la suma de los factores que nunca controla. Es
la mano invisible, les guste o les disguste a los Mudecos y a los Chavecos que
son gatos del mismo saco, esa es la variable que nunca manejarán, socialistas
irredentos.
jueves, 28 de septiembre de 2017
¿Es posible el socialismo?
Sin el interés de
enmendarle la plana a Mises, porque de hecho envidio a todos los que
participaron del seminario de Viena, como los que pertenecían al seminario de
la Universidad de Nueva York, tengo que mostrar un pequeño comentario con
respecto al artículo de 1920 denominado Die
Wirtschaftsrechnung im sozialistischen Gemeinwesen que fue traducido al
castellano como El cálculo Económico en el
Sistema Socialista. Tengo que afirmar algo que me duele, el socialismo
fracasa por la imposibilidad del cálculo económico, pero mientras, se instala y
dura, por la existencia de los mercados negros que son el único vínculo de la
economía socialista con el mercado y sus operadores, que al final son los
mismos que gobiernan y se enriquecen a costas de los que sobreviven en el
sistema; dentro de estas personas hay quienes ingenuamente apoyan a los líderes
del mundo socialista porque creen de manera ciega que eso les va a beneficiar. En
otros casos su ceguera se ocasiona por el deseo de ver la desdicha de otros, en
especial a aquellos a quienes creían beneficiarse en el sistema anterior y, por
supuesto, las personas que, como yo, no pueden más que vivir un sistema que no
nos gusta para nada, pero que sabemos que no funcionará y que esa será la razón
de su propia destrucción.
Un sistema similar
duró en la Alemania Nazi 13 años, en Cuba tiene mi edad y en Rusia duró 82
años. Por qué, bueno la primera razón está en el mismo artículo de Mises,
debido a que expresa: “No queremos decir con esto que la comunidad socialista
se encontraría totalmente desorientada. Tomaría decisiones a favor o en contra
de la empresa propuesta y dictaría una orden. Pero, en el mejor de los casos,
esa decisión se basaría tan sólo en vagas evaluaciones. No podría basarse en cálculos
exactos de valor.” Y lo otro, es que la existencia de merados negros, que son
los únicos que dan precios de mercado y su relación con los precios del
exterior (que crean la inmensa ganancia monopolística de los amigos del
sistema) es lo que en el fondo impide que se tomen decisiones que no se limiten
a aquellas que le dan la máxima ganancia al especulador, Mises certeramente
llama a esa imposibilidad de invertir: “Todo se reduciría a un salto al vacío.”
Por eso en la Alemania Nazi existían empresas que obedecían órdenes, porque
sabían que la alternativa era el campo de exterminio; los burócratas rusos
también aceptaban con sumisión, porque el sistema te llevaba a campos de
reeducación en Siberia. Hay quien ve diferencias entre esos sistemas, están
equivocados, todos buscan sustituir al mercado, y eso es lo que propone mises
cuando dice: “[s]i
la perspectiva de ganancias se pierde, falla el resorte que mueve el mecanismo
del mercado, porque es esa perspectiva la que lo mueve y lo hace funcionar. Es
así como el mercado constituye el punto focal del orden capitalista de la
sociedad; es la verdadera esencia del Capitalismo. Sólo es posible bajo el
Capitalismo, y no puede ser imitado "artificialmente" bajo el
Socialismo.”
Ciertamente el
sistema ha durado en Venezuela por varias razones, en primer lugar el
socialismo del siglo XX que se extiende desde 1900 hasta 1998 fue un sistema
“mixto” que permitía en cierta medida el funcionamiento de mecanismos de
mercado, muy limitados. El que inició en 1999 con el ascenso del Chavismo, no
es menos socialista, pero además conoce las bondades que este sistema le ha
dado a los líderes que dirigen ese proceso en Cuba, Corea, y algunos países de
la órbita soviética que permanecen en dictadura. Inicialmente las bondades del
precio petrolero hicieron consumar la mentira, el regalo a quienes estaban más
alejados de la Renta del Petróleo vendió la falsa publicidad de que el
socialismo era un mundo de facilidades y bienestar, por supuesto, ese sistema
se basó en la imposición eleccionaria de un sistema hipócrita.
Luego de la caída de
los precios del petróleo y la muerte de Hugo, el sistema pretende mantenerse,
ahora con represión porque no hay dinero con el qué comprar conciencias y en
esto hay que afirmar, contrario a lo que dicen los pensadores del Public
Choice, los votantes son racionales, ellos votan creyendo que se les va a dar
lo que quieren, pero sus deseos de los gobernados, no son los que satisfacen
también a los dirigentes. En eso, el chavismo es el más mentiroso de los
sistemas, todos mienten para obtener el poder, pero el chavismo vende el sumum
de la mentira. Ahora, la pregunta, y por qué esto no termina de fracasar, pues
depende, todavía hay gentes que ganan con el sistema, quienes especulan,
quienes obtienen ganancias en este caos, y los que no actúan porque creen que
el sistema persistirá. Todo depende de las esperanzas de quienes de otra manera
creen no tener futuro.
jueves, 14 de septiembre de 2017
El liberalismo en Venezuela y otros lugares comunes en el análisis
Es triste ver como los lugares comunes abundan en lo escrito
por nuestros historiadores y economistas. Hay que aclarar algunos puntos para
que la discusión suba de nivel y se enserie. En lo que llaman la independencia,
hay mucha gente que afirma que los libertadores eran liberales y que querían un
modelo de progreso como el que se daba en Inglaterra o que estaba adoptando los
Estados Unidos, ciertamente nuestros libertadores no estaban claros y vagaban
en un limbo que iba desde la fisiocracia hasta el liberalismo, en esa suerte de
limbo estuvo también una institución que se le endilga el epíteto de liberal, y
esta fue la Sociedad de Amigos del País, sus citas los delatan porque usan
pasajes de Quesnay (fisiócrata) así como de Say y de Smith (liberales). De
hecho, sus modelos de organización política tendían al liberalismo en su
conformación republicana, pero mantenían las estructuras impositivas de la
monarquía española, que eran abiertamente mercantilistas y nada liberales.
El modelo liberal que se intentó en el siglo XIX se desbarató fundamentalmente por la ausencia
de individuos con capacidad e iniciativa empresarial (que es casi una constante
histórica en Venezuela), y por los deseos y las ambiciones políticas de algunos
líderes, como es el caso de los Monagas, quienes estuvieron complicando el
panorama con sus acciones hasta la parte alta del siglo XIX. Hay que reconocer
en Guzmán Blanco un poco de liberalismo, pero en ese momento el liberalismo ya
está en decadencia y comenzó a adoptar el positivismo, un movimiento que está
bastante lejos de ser liberal.
Esa misma ideología, la positivista, se acomodará desde
finales del siglo XIX hasta principios del XX y la oposición a Gómez acusó al
positivismo de ser manchesteriano y liberal, pero nada más alejado de la
realidad. Gómez no era liberal y tampoco lo eran sus asesores, lo que ocurre es
que el positivismo adoptó una suerte de criterio en pro de las trasnacionales
que puede considerarse propenso al liberalismo. Pero al igual que el período de
Guzmán Blanco y con mucha más insistencia, se instituyó la ayuda a “los amigos”
con la entrega de concesiones para que estos amigos se las vendieran luego a
las trasnacionales. Este elemento contribuyó al entendimiento por parte de las
élites de que el gobierno está ahí para
apoyar a los “amigos” y que a estos “amigos” se les daba el tratamiento de
“empresarios”, contribuyendo con ello, al daño institucional que nuestra
política le hace a la maltrecha figura empresarial, que dijimos, en Venezuela
es escasa.
Por eso, cada vez que entraba un nuevo grupo al poder,
accedía con sus oligarquías y el asenso al poder era sinónimo de mejora para un
grupo selecto de personas. También hubo quienes lograron mantenerse
independientemente de los cambios políticos, porque supieron jugar en los
diversos juegos de nuestra política, uno de los casos más emblemáticos es el de
Pérez Dupuy, quien logró sobrevivir a pesar de los gobiernos, porque nunca se
vinculó a ellos, demostrando que sí es posible sobrevivir sin gobierno.
Así el gobierno de Gómez fue intervencionista y además
corrupto, de hecho Gómez fue el dueño de Telares Maracay, Lactuario Maracay y
otras empresas, que le fueron expropiadas a sus herederos por López Contreras.
Ese cambio nos llevó a un sistema más intervencionista y otro peor, que fue el
de Isaías Medina, quien fue desastrosamente intervencionista y que terminó en
un golpe de estado. Los adecos del Trienio también trajeron consigo su
oligarquía de amigos y aunque la intervención fue menor, nunca dejo de serlo.
Pérez Jiménez tumbó a Rómulo Gallego y mantuvo el esquema
pero sacó a los civiles del juego, sin embargo, no añadió nada nuevo, sus
amigos y sus intereses se instalaron y todavía hay quien cree que eso tuvo algo
de bueno e incluso hablan de liberalismo. Conservatismo no es liberalismo.
De hecho los gobiernos desde el siglo XIX implican diversas
formas de entender el socialismo, Castro y Gómez con el positivismo, López y
Medina con una suerte de Nazi fascismo que nunca se atrevió a mostrarse a
plenitud, quizá por la cercanía y dependencia de Estados Unidos e Inglaterra,
la Socialdemocracia con el Institucionalismo americano, Pérez Jiménez con ese
nacionalismo semifascista. Por supuesto cuando volvimos a la democracia civil,
mantuvimos el esquema socialista y el desastre de Chávez y Maduro también lo
es, pero peor, pues definitivamente hemos venido empeorando ya que, cada vez,
el gobierno lo ejercen los menos capaces.
Sin embargo, hay que aclarar algo, el experimento de Carlos
Andrés Pérez (CAP) en 1989-1990 no es liberalismo ni nada que se le parezca.
CAP era un socialista consumado y Miguel Rodríguez es lo que se puede denominar
socialista keynesiano. El neokeynesianismo se adaptó a las reformas de 1980
porque entendió que sus políticas eran tan desastrosas como las comunistas y
mutaron añadiendo ciertas dosis de libertad, no liberalismo. El FMI es producto
de eso, por lo cual, quienes se hacen ilusiones con el Fondo, sueñan; y de
ilusiones también se muere y vaya que se muere. Fíjense que acotamos el
experimento a 1989-1990.
CAP y Miguel Rodriguez van al FMI porque no había reservas y
creían que una forma fácil de solucionarlo era ir al fondo y solicitar un
préstamo contingente, CAP se amparó en su popularidad y creyó que eso le
permitiría capear el temporal. Pero los venezolanos no tienen más ideología que
“yo quiero un gobierno que me regale cosas y que me permita vivir cómodo y
feliz sin mucho esfuerzo”. Eso de pedirle al pueblo que pague por algo (luz,
agua, teléfono, educación) es inconcebible en el esquema venezolano. Por eso,
la popularidad cayó tan profundamente y todos querían cualquier otra cosa,
incluso Caldera o Chávez.
Lo otro es que durante ese año se portaron bien, cumplieron
con algunas metas y consiguieron que el FMI le entregara recursos para
solucionar el problema inicial, incluso para renegociar la deuda. Pero 1989 fue
el año de la guerra contra Irak y eso disparó los precios del petróleo y voila,
quien quiere fondo si hay petróleo. Pagaron lo que le debían al fondo y
suspendieron las reformas, es decir, nuestros amigos aplicaron keynesianismo
tradicional y los del FMI contentos, porque ellos también son keynesianos. Van
unos datos:
-
Los precios nunca mostraron más que una
tendencia alcista, crecían 30% anual, si a usted le parece bueno, es porque
ya se acostumbró al 30% mensual
-
Privatizaron sólo un pedazo de CANTV,
Aeropostal, VIASA y el BOD. El resto de empresas se quedó esperando a ver qué
pasaba
-
Aumentaron la nómina pública en el mismo año
1989 en 5.1% y en 1990 8.3%, es más en 1990 llegaron al millón de empleados
públicos, es decir un 16% del total de los empleados trabajaba para el gobierno,
ese es un número mayor al que tiene Estados Unidos, por si les interesa el dato
USA le da trabajo al 14% de sus empleados en el gobierno.
-
Lo único liberal fue la reducción de aranceles y
la simplificación aduanera, que se mantuvo hasta 1993, cuando tomó el gobierno
Ramón J. Velásquez interinamente, desbarató la reforma arancelaria.
-
A partir de 1990 el gobierno hizo lo mismo que
Chávez pero al revés todos creían que era liberalismo y escondía al socialismo,
en el caso de Chávez todos creían que era democrático y en el fondo estaba ese
fascismo comunistoide que montaron los Castro en Cuba.
Si a usted le parece liberalismo, bueno debería competir con
los intelectuales de este país en el concurso ¿Quién es más socialista? El
premio puede ser un ministerio, una oficina gubernamental o una beca trabajando
medio tiempo en cualquier embajada en el exterior, pero cobrando el sueldo
completo.
sábado, 9 de septiembre de 2017
Las reservas, su nivel y otras sicosis
Las reservas son un inventario que en
Venezuela, debido a que hay un Banco Central se encuentra en custodia del
mismo. Generalmente el sentido es que sirve de respaldo a la emisión de moneda
nacional, esto es debido a que normalmente cuando PDVSA o cualquier otro
exportador vende sus dólares al Banco Central éste le paga con Bolívares
emitidos por el mismo, por eso parece que el Banco Central es dueño de las
Reservas y por tanto, el gobierno cree que al ser dueño del Banco Central es
dueño también de las Reservas. Nada más falso. Los billetes son una especie de
titularización (Securitization) que hace que quien sea poseedor de los billetes
del Banco Central sea dueño de una porción de las reservas, por lo que los
verdaderos dueños de las reservas son los nacionales y el Banco Central es sólo
un custodio.
En Venezuela, le digo a mis alumnos,
sufrimos con las reservas, dos problemas siquiátricos la reservofilia y la
reservofobia. La primera, reservofilia es el amor exagerado a las reservas una
suerte de fetichismo descontrolado, que conduce a la creencia de que su nivel
representa lo acertada de las políticas económicas, cuando realmente las épocas
en las que sus niveles han sido altos, han coincidido con los peores gobiernos
de la historia y con las peores políticas. Así crecieron mucho y llegaron a
niveles record en el gobierno de Pérez Jiménez, luego en Carlos Andrés Pérez I
y Luis Herrera Campins y luego en el gobierno de Chávez, joyas de nuestro
folklore político. Pero para nada,
buenos gobiernos.
La segunda enfermedad es la Reservofobia, una
suerte de paranoia que se manifiesta en el tempr descontrolado por la pérdida
de las reservas, que justifica los controles de cambio que en Venezuela son
cinco. Por cierto, siempre que lo montan usan como excusa que se iban a perder
las reservas y todos asienten por la misma patología y cuando lo van a quitar,
los psiquiatras, tengan título o no, abogan por la sicosis y todos llenos de
pánico exclaman “es verdad, no podemos quitar el control de cambios”. A todos
hay que mandarlos al siquiatra.
Bueno como toda enfermedad lo que pide es
médico, y que dejen la economía libre y sin tropiezos que funciona. Los locos
al manicomio y las personas al mercado que es donde nos realizamos y somos
felices. Pero un mercado libre y sin ataduras.
Ahora volvamos al nivel, en Venezuela el
oro forma parte de las reservas, esto es viejo, porque uno de los últimos
países en abandonar el patrón oro en el mundo fue Venezuela. Estas reservas se
valoraban a $35 por onza troy hasta 1971, desde ahí en $40 y en diciembre de
1992 a $300, pero desde octubre de 2003 el banco central en contradicción a los
principios de contabilidad, registra las reservas a precio de mercado. Por eso,
las reservas marcan un nivel que sólo es posible si el BCV vendiera las
reservas de oro en el mercado. Hay colegas que al inicio dijeron que el BCV
estaba comprando oro, pero no, era el mismo nivel pero su precio de registro
era cada vez mayor no olvidemos que desde 2003 hasta 2012 el precio del oro
alcanzó niveles record.
El último balance publicado por el BCV de junio
de 2017 registra el oro a $ 1232.51 la onza. Y el precio de mercado actual ronda
los $1200 la onza. Es decir contradice los principios de contabilidad
generalmente aceptados. Bueno no es extraño en un país donde la reservofilia y
la reservofobia campean, que los locos saquen su sicosis a campear es la
normalidad, pero hay una máxima. Los cuerdos deberían enviarlos al manicomio,
pero en este país todos están desquisiados.
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