Hay un asunto que no se ha
evaluado con criterio ni aquí en Venezuela, ni en el exterior, eso es lo que
vamos a evaluar en este breve artículo. Gran Bretaña es uno de los países más
estables y durante los siglos XVII y el XIX fueron el país más desarrollado,
tanto, que gracias a su forma de conquistar y manejar mercados, produjo el
término Imperialismo. En Venezuela, producto de la incultura y el
desconocimiento extremo que se evidencia en el Chavismo, consideran imperial a
Estados Unidos, cuando resulta ser más imperial por ejemplo, Brasil, o el
comportamiento de Cuba con nosotros.
En Inglaterra les costó mucho
armar el tinglado jurídico que nosotros llamamos leyes, allá es
consuetudinario, eso significa que las leyes son producto de la costumbre y la
tradición inglesa. Aquí tenemos el horror de seguir al máximo orate del siglo
XIX, que precisamente es Ingles y al cual los ingleses admiran, pero no le
hacen caso, es decir, a Jeremías Bentham, quien trajo esas necedades a estas
tierras fueron Andrés Bello, Francisco de Paula Santander y Simoncito, ese
majadero que otros llaman libertador.
En Inglaterra las personas votan
para elegir la Cámara de los Comunes del parlamento, y se elige un
representante por distrito, además de las autoridades municipales. La Cámara de
los Lores es elegida por la Reina, quien decide quien sustituye a quien a la
muerte del anterior titular.
La figura del Primer Ministro es
demasiado antigua, se pierde en el tiempo su presencia en el gabinete y
originalmente era una decisión del Rey, pero hoy lo elige la Cámara de los
Comunes, previa la consulta del Rey.
Ahí pueden observar la
diferencia entre el sistema electoral británico y el Venezolano donde elegimos
casi todo, Presidente, Congreso, Cámaras municipales, Gobernadores, Alcaldes.
Lo peor es la comparación, porque en Inglaterra los jueces son electos por la
corona, previa la revisión de la Cámara de los Lores, sin embargo, son
escrutados y evaluados por lo que pueden ser destituidos por un comportamiento
no acorde con lo que se espera de un juez. Ahí va la institucionalidad que en
Inglaterra es evolutiva y espontánea, producto de un aprendizaje que viene
desde la época en la que los Romanos dominaron su territorio al principio de la
era cristiana.
Valga decir que en Inglaterra no
hay constitución, pero la tradición le da esa primacía a la Carta Magna que
sigue en vigencia desde 1215. Eso es estabilidad y tradición, ojo, no
conservatismo, sino entendimiento de que los procesos en historia no son revolucionarios
como dijo el Camarada Carlitos, ni como dijo Huguito, los procesos son
evolutivos y lentos.
Bueno y el Brexit. En el Brexit
se cometió un error garrafal que fue darle el derecho a voto a un montón de
personas que actuaron de la siguiente manera los jóvenes que no les importaba
el Brexit, porque eran apáticos y creían que nadie iba a deshacer la Unión
Europea, no votaron. Los viejos que tenían la información de que los
extranjeros eran los causantes de que sus pensiones no fuesen más altas votaron
en contra y votaron, por tanto ganó la posición del Brexit. Más pronto que tarde, ellos aprenderán que votaron y de nada sirvió, porque los extranjeros son los que mantienen a Inglaterra funcionando.
Ahí nos hermanamos,
un montón de personas que no tenían nada que perder votaron de acuerdo a sus
sentimientos, y ganó la posición más irracional. Si le dan el derecho a elegir
al primer ministro a esos británicos seguramente llega al poder un Carlos
Andrés, un Caldera, un Luis Herrera, un Lusinchi, un Hugin o un Madurin.
Piénsenlo, lo peor de nuestro sistema es que un montón de gente que no tiene
nada que perder, botan lo poco que tienen en cada votación.
Como conclusión tengo que decir
que los austriacos, están en contra de votar, pero yo no. Yo digo lo que pienso
aunque sea el único que vote en una determinada posición, no siento que avalo
nada, siento que me opongo, vivo en un manicomio y todos dicen que el único
loco soy yo.
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