viernes, 7 de agosto de 2015

¿Quién es Henrique Pérez Dupuy?

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Pues de una manera sencilla un venezolano. Un venezolano del cual todos los venezolanos debemos sentirnos orgullosos. La muestra de que de alguna manera, si es posible que los venezolanos seamos dignos de ser un ejemplo para los demás. Un joven que vivió las bondades de estudiar en el exterior y que incluso trabajó en el exterior, cuando Venezuela no ofrecía oportunidades, porque un gobierno enemigo del capital se acendró en nuestras tierras. Y cuando su familia le solicitó su concurso no dudó en volver a su patria a sacrificarse por lo que es fundamental para sentirse miembro de una nación, por la familia. De esta manera Pérez Dupuy hizo evidente que la familia es una de las cosas importantes, quizá la mayor, que determinan la vida de cualquiera de sus miembros.

Su habilidad para hacer negocios era patente, fue factor decisivo en la recuperación del Banco de Venezuela e incluso, fue representante de Venezuela en la conformación de las primeras relaciones comerciales con el Japón. Aunque el gobierno nunca le reconoció y le pagó los gastos que hizo de su propio peculio para conseguir que casi se materializara la relación con esa lejana nación. Aunque apoyó los progresos que se hicieron en los primeros años del siglo XX en Venezuela, la relación con el gobierno siempre fue complicada, quizá sin saberlo, fue comprendiendo como los individualistas son de alguna forma reacios a la burocracia y la paquidérmica estructura de los gobiernos. Así poco a poco Pérez Dupuy fue entendiendo la grandeza de ser un individuo.

De esos mismos malos ratos con el Gobierno surgió la idea del Banco Venezolano de Crédito y esta es la obra de Don Henrique. Sus conceptos del empresario se materializaron en la idea del Banco. El entendía a pie juntillas que la relación entre el empleado y el empresario no es la del conflicto y que un buen empresario es quien se preocupa por el bienestar de sus empleados y un buen empleado es quien comprende que él tiene que poner lo mejor de si, para que la empresa sea exitosa, y del éxito de la empresa surge la mejora de su situación personal. Entonces estamos ante un empresario excepcional que entendía su función en la sociedad y ahí el éxito de esta idea que hoy cumple 90 años.

Pero don Henrique se preocupó no sólo por hacer una empresa exitosa, y por tener una familia unida, se preocupó por su país, porque los políticos fuesen quizá como él en su banco, preocupados por el bienestar de todos los habitantes de la nación, y evidenció que al igual que otros empresarios, no se preocupaban por servir adecuadamente a sus consumidores y por retribuir de una manera digna a sus empleados. Nuestros políticos sólo hacían uso de la demagogia y el engaño para enriquecerse y mantener al resto de los venezolanos en la pobreza y el sometimiento servil. Don Henrique comunicaba sus consejos de una manera tan clara que resulta sorprendente que no le hicieran caso.

Su preocupación era por que comprendía que los venezolanos eran personas buenas, con un excelente potencial, pero quienes estaban llamados a liderar la sociedad no llegaban a entender cual era su verdadero papel en la organización social. La demagogia de ayer es la misma de hoy, y Venezuela clama por un grupo de políticos y de empresarios que como don Henrique, sientan las necesidades de los demás y comprenda que la familia es el origen del amor a la nación.

1 comentario:

hildemarofiguera dijo...

Hola Profesor Daniel muy interesante el articulo hermano.