lunes, 3 de marzo de 2014

¿Qué sucede en Venezuela? La seguidilla...

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Hace dos semanas escribimos una suerte de recuento de lo que viene ocurriendo y ahora es necesario reflexionar sobre lo que se ha añadido, las manifestaciones siguen y con ellas las interpretaciones amañadas por los radicales de lado y lado. Vamos a tratar de dar una visión fría, en la medida de lo posible.

¿Cómo son las manifestaciones?

Hay dos tipos de manifestaciones, en primer término las concentraciones y marchas que tienen una convocatoria que va en ascenso. Esto es lo que el gobierno intentó detener con la declaración anticipada de la fiesta de carnaval  y los feriados. Aquí hay algo que quien lee esto debe comprender, en Venezuela la fiesta de carnaval es una fiesta infantil, que podría asociarse al Halloween de los norteamericanos, los niños son disfrazados y llevados a plazas donde generalmente extraños les entregan golosinas y dulces. Por otra, los venezolanos tienen una costumbre que es aprovechar los puentes es decir los días libres que incluyen un fin de semana para ir a las playas y practicar todas las actividades que normalmente se hacen en esas zonas. Eso extrañamente no ha ocurrido y lo que el gobierno apostó, con el decreto del carnaval se les ha revertido, porque las personas están aprovechando los días libres para protestar.
El otro tipo de manifestaciones es la llamada “Guarimba” que son una suerte de barricadas, que impiden o limitan el paso de vehículos y que han conducido a situaciones de violencia y represión que terminan en la detención de jóvenes y algunos adultos. Aquí es necesario explicar que eso ocurre en algunos municipios en los que se denominan “de oposición” y en otros lugares de clase media de los municipios denominados “oficialistas”, Lo extraño es que en todas las detenciones, los muchachos detenidos son vecinos de otros sitios y extrañamente son además, de barrios de clase baja. Eso es notorio, porque permite entender que no pueden manifestar en sus barrios por temor a la represión de grupos violentos que maneja el gobierno. Los mismos que en las primeras manifestaciones hicieron su aparición y que hoy, gracias a la contundencia de las fotos, videos y twits de todos los lados, han desaparecido. Pero esa es otra patraña del gobierno, para hacer creer a todos que eso no existe.

¿Cuál es la respuesta del gobierno?

A lo primero ha sido intentar bloquear la realidad, como si las manifestaciones no existieran, ni las nombra. A las segundas lo que comentamos: represión, que ha ido incrementándose con cada día que pasa. Aunque al inicio hubo muchos muertos, ahora hay lesionados y heridos, pero al menos gente que la cuenta.
Sin embargo el trato es inhumano en toda la extensión de la palabra. Basta con pasearse por los twits y por las declaraciones de los abogados, para notar el trato vejatorio e intimidatorio que el gobierno le da a los detenidos. Naturalmente, la intimidación es para evitar que esos muchachos vuelvan a protestar y para dar la señal a los que todavía protestan que van a por ellos. 
A los detenidos no se les permite hablar con sus abogados con anticipación y en privado, como dicta la ley, se les da esa concesión unos pocos minutos antes de comenzar la llamada Audiencia de Presentación y se procede a levantar cargos con boletas y actas policiales, sin aportar pruebas claras de los delitos por los que son imputados. Las decisiones en su mayor parte incluyen lo que se llama libertad condicional con régimen de presentación, con la finalidad de tenerlos atado a la supervisión judicial, por supuesto, eso además supone que los delitos quedan en pié, por lo que el joven queda con expediente abierto por un acto criminal que puede ser luego utilizado para invocar sus antecedentes en otra ocasión. Como ven, se trata de medidas totalmente inhumanas, injustas, etc.
Otro elemento en la acción del gobierno es trasmitir imágenes de la celebración del carnaval, las playas en las que hay vacacionistas, etc. Esto también busca hacer que quienes están protestando abandonen la calle, por el disfrute de la playa o de las fiestas en las plazas. Pero quizá lo peor es la convocatoria a una Conferencia de Paz, a la cual afortunadamente no han ido los políticos de prestigio que pertenecen a la oposición. Los que fueron, no tienen convocatoria y ahora, creo que no tienen credibilidad.
Eso abre otra vertiente, porque algunos de los empresarios que fueron a esa reunión son empresarios que están acostumbrados a contratar y vivir del gobierno. Por tanto, no son empresarios, con algunas excepciones, como es el caso de Lorenzo Mendoza quien no depende del gobierno y que le hizo al gobierno una serie de requerimientos, que creemos que no serán oídos. De todas formas, el gobierno en eso sigue el guión de Chávez que cuando tenía problemas llamaba a lo que el denominaba diálogo, en el cual generalmente saludaba a quien más le interesaba humillar con la expresión de “Fulanito, ¿Cómo está tu madre?” que todos entendían claramente, a qué refería simbólicamente. Pueden deducir a todas estas, que el diálogo es mentira.
Diálogos interesantes deberían ser los juegos de dominó en casa de Gonzalo Barrios. Pero eso es una muestra de lo viejo que me estoy poniendo.

¿Y la economía?

Venezuela debería estar viviendo la peor de sus crisis económicas y curiosamente no se ha manifestado porque todavía el precio del petróleo no ha caído. Mientras al gobierno le entre el chorro maravilloso de dólares que le entra, no tendrá la menor vocación de cambio. Pero subyacen junto a esto, una elevadísima inflación, y cada vez menos oportunidades de futuro, y eso es lo que motiva las protestas de los jóvenes, sobre todo los de las clases más bajas, que reconocen que pierden la posibilidad de futuro con un régimen de estas características.
Las colas para comprar los productos escasos son la muestra inequívoca del fracaso económico del socialismo. Lo único que falta es que el gobierno aproveche las manifestaciones para echarles la culpa de la escasez, como en 2003 le echaron la culpa de la caída de la economía al paro petrolero, cuando en efecto la economía venía cayendo desde 2001.

El mito de la Izquierda y la Derecha

Venezuela es un país de izquierda. Mi preferencia por el libre mercado tiene ya más de 20 años, yo fui casi adeco durante mi juventud, por lo que hoy me alegro mucho de la volteada que les están haciendo en la Internacional Socialista. El mundo no entiende una cosa como Venezuela y para entenderla hay que ser venezolano y culto. En Venezuela hasta los ricos son de izquierda, a todos les gusta el gobierno controlador y lo aplauden, son pocos, poquísimos los empresarios que creen en la libertad de mercado y que creen que eso puede beneficiarnos a todos.
Cuando en mis clases digo que me gusta el libre mercado, mis alumnos me ven como si fuera un extraterrestre y me imagino que dirán este lo que quiere es hacerse rico a costa de todos nosotros.
En los pasillos mis colegas, algunos economistas, dicen que eso no es posible, que la injusticia del mercado acabaría con la poca economía que tenemos. Y algunos pocos que tienen ideas parecidas a las mías son llamados fanáticos, que practican una religión paralela.
Bueno en Venezuela ocurre lo siguiente, el gobierno es socialista, pero de corte neofascista, por lo que practica todas las manías represivas de los nazis y fascistas, el uso de tropas de asalto y el gusto por legitimar legalmente lo ilegitimo. Que creen que la democracia es una elección popular y que eso los legitima para violar todos los derechos humanos. Por eso denomina a la oposición fascista ¿síndrome del espejo?
La oposición es también de izquierda, y buena parte de ellos, democráticos, por eso hay democristianos, socialdemócratas y otras denominaciones no marxistas en la Mesa de la Unidad Democrática.
Los liberales, o libertarios somos como los que comen Mayonesa Hellman, mostaza y que toman Ron en lugar de Whisky, los que usan Mac en lugar de Samsumg o Microsoft. Somos la parte más pequeña de la minoría, pero tampoco somos uniformes, hay los que creen que el partido republicano americano es liberal y los que nos declaramos agnósticos en materia política.



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