Hace dos semanas escribimos una suerte de recuento de lo que viene
ocurriendo y ahora es necesario reflexionar sobre lo que se ha añadido, las
manifestaciones siguen y con ellas las interpretaciones amañadas por los
radicales de lado y lado. Vamos a tratar de dar una visión fría, en la medida
de lo posible.
¿Cómo son las manifestaciones?
Hay dos tipos de manifestaciones, en primer término las
concentraciones y marchas que tienen una convocatoria que va en ascenso. Esto
es lo que el gobierno intentó detener con la declaración anticipada de la
fiesta de carnaval y los feriados. Aquí
hay algo que quien lee esto debe comprender, en Venezuela la fiesta de carnaval
es una fiesta infantil, que podría asociarse al Halloween de los norteamericanos,
los niños son disfrazados y llevados a plazas donde generalmente extraños les
entregan golosinas y dulces. Por otra, los venezolanos tienen una costumbre que
es aprovechar los puentes es decir los días libres que incluyen un fin de
semana para ir a las playas y practicar todas las actividades que normalmente
se hacen en esas zonas. Eso extrañamente no ha ocurrido y lo que el gobierno
apostó, con el decreto del carnaval se les ha revertido, porque las personas
están aprovechando los días libres para protestar.
El otro tipo de manifestaciones es la llamada “Guarimba” que son una suerte
de barricadas, que impiden o limitan el paso de vehículos y que han conducido a
situaciones de violencia y represión que terminan en la detención de jóvenes y
algunos adultos. Aquí es necesario explicar que eso ocurre en algunos
municipios en los que se denominan “de oposición” y en otros lugares de clase
media de los municipios denominados “oficialistas”, Lo extraño es que en todas
las detenciones, los muchachos detenidos son vecinos de otros sitios y
extrañamente son además, de barrios de clase baja. Eso es notorio, porque
permite entender que no pueden manifestar en sus barrios por temor a la
represión de grupos violentos que maneja el gobierno. Los mismos que en las
primeras manifestaciones hicieron su aparición y que hoy, gracias a la
contundencia de las fotos, videos y twits de todos los lados, han desaparecido.
Pero esa es otra patraña del gobierno, para hacer creer a todos que eso no
existe.
¿Cuál es la respuesta del gobierno?
A lo primero ha sido intentar bloquear la realidad, como si las
manifestaciones no existieran, ni las nombra. A las segundas lo que comentamos:
represión, que ha ido incrementándose con cada día que pasa. Aunque al inicio
hubo muchos muertos, ahora hay lesionados y heridos, pero al menos gente que la
cuenta.
Sin embargo el trato es inhumano en toda la extensión de la palabra.
Basta con pasearse por los twits y por las declaraciones de los abogados, para
notar el trato vejatorio e intimidatorio que el gobierno le da a los detenidos.
Naturalmente, la intimidación es para evitar que esos muchachos vuelvan a
protestar y para dar la señal a los que todavía protestan que van a por
ellos.
A los detenidos no se les permite hablar con sus abogados con
anticipación y en privado, como dicta la ley, se les da esa concesión unos
pocos minutos antes de comenzar la llamada Audiencia de Presentación y se
procede a levantar cargos con boletas y actas policiales, sin aportar pruebas
claras de los delitos por los que son imputados. Las decisiones en su mayor
parte incluyen lo que se llama libertad condicional con régimen de
presentación, con la finalidad de tenerlos atado a la supervisión judicial, por
supuesto, eso además supone que los delitos quedan en pié, por lo que el joven
queda con expediente abierto por un acto criminal que puede ser luego utilizado
para invocar sus antecedentes en otra ocasión. Como ven, se trata de medidas
totalmente inhumanas, injustas, etc.
Otro elemento en la acción del gobierno es trasmitir imágenes de la
celebración del carnaval, las playas en las que hay vacacionistas, etc. Esto
también busca hacer que quienes están protestando abandonen la calle, por el
disfrute de la playa o de las fiestas en las plazas. Pero quizá lo peor es la
convocatoria a una Conferencia de Paz, a la cual afortunadamente no han ido los
políticos de prestigio que pertenecen a la oposición. Los que fueron, no tienen
convocatoria y ahora, creo que no tienen credibilidad.
Eso abre otra vertiente, porque algunos de los empresarios que fueron
a esa reunión son empresarios que están acostumbrados a contratar y vivir del
gobierno. Por tanto, no son empresarios, con algunas excepciones, como es el
caso de Lorenzo Mendoza quien no depende del gobierno y que le hizo al gobierno
una serie de requerimientos, que creemos que no serán oídos. De todas formas,
el gobierno en eso sigue el guión de Chávez que cuando tenía problemas llamaba
a lo que el denominaba diálogo, en el cual generalmente saludaba a quien más le
interesaba humillar con la expresión de “Fulanito, ¿Cómo está tu madre?” que
todos entendían claramente, a qué refería simbólicamente. Pueden deducir a
todas estas, que el diálogo es mentira.
Diálogos interesantes deberían ser los juegos de dominó en casa de Gonzalo
Barrios. Pero eso es una muestra de lo viejo que me estoy poniendo.
¿Y la economía?
Venezuela debería estar viviendo la peor de sus crisis económicas y
curiosamente no se ha manifestado porque todavía el precio del petróleo no ha
caído. Mientras al gobierno le entre el chorro maravilloso de dólares que le
entra, no tendrá la menor vocación de cambio. Pero subyacen junto a esto, una
elevadísima inflación, y cada vez menos oportunidades de futuro, y eso es lo
que motiva las protestas de los jóvenes, sobre todo los de las clases más
bajas, que reconocen que pierden la posibilidad de futuro con un régimen de
estas características.
Las colas para comprar los productos escasos son la muestra inequívoca
del fracaso económico del socialismo. Lo único que falta es que el gobierno
aproveche las manifestaciones para echarles la culpa de la escasez, como en
2003 le echaron la culpa de la caída de la economía al paro petrolero, cuando
en efecto la economía venía cayendo desde 2001.
El mito de la Izquierda y la Derecha
Venezuela es un país de izquierda. Mi preferencia por el libre mercado
tiene ya más de 20 años, yo fui casi adeco durante mi juventud, por lo que hoy
me alegro mucho de la volteada que les están haciendo en la Internacional
Socialista. El mundo no entiende una cosa como Venezuela y para entenderla hay
que ser venezolano y culto. En Venezuela hasta los ricos son de izquierda, a
todos les gusta el gobierno controlador y lo aplauden, son pocos, poquísimos
los empresarios que creen en la libertad de mercado y que creen que eso puede
beneficiarnos a todos.
Cuando en mis clases digo que me gusta el libre mercado, mis alumnos
me ven como si fuera un extraterrestre y me imagino que dirán este lo que
quiere es hacerse rico a costa de todos nosotros.
En los pasillos mis colegas, algunos economistas, dicen que eso no es
posible, que la injusticia del mercado acabaría con la poca economía que
tenemos. Y algunos pocos que tienen ideas parecidas a las mías son llamados
fanáticos, que practican una religión paralela.
Bueno en Venezuela ocurre lo siguiente, el gobierno es socialista,
pero de corte neofascista, por lo que practica todas las manías represivas de
los nazis y fascistas, el uso de tropas de asalto y el gusto por legitimar
legalmente lo ilegitimo. Que creen que la democracia es una elección popular y
que eso los legitima para violar todos los derechos humanos. Por eso denomina a
la oposición fascista ¿síndrome del espejo?
La oposición es también de izquierda, y buena parte de ellos,
democráticos, por eso hay democristianos, socialdemócratas y otras
denominaciones no marxistas en la Mesa de la Unidad Democrática.
Los liberales, o libertarios somos como los que comen Mayonesa
Hellman, mostaza y que toman Ron en lugar de Whisky, los que usan Mac en lugar
de Samsumg o Microsoft. Somos la parte más pequeña de la minoría, pero tampoco
somos uniformes, hay los que creen que el partido republicano americano es
liberal y los que nos declaramos agnósticos en materia política.
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