sábado, 1 de febrero de 2014

Un plan para la economía venezolana


Hace años cuando este blog comenzó a reseñar los más diversos temas de nuestro quehacer, no sólo financiero, dije con respecto al gobierno “no creo que hagan nada.” De hecho, en materia política, este gobierno cuando tiene que tomar una decisión, la difiere, grita, insulta, y al final, lo que hace no sirve para nada, porque realmente hacen un  montón de cosas que no resuelven, antes bien, complican la situación del país.  
Este gobierno tiene ya catorce años continuos de fracaso, y no creemos que vayan a hacer algo distinto, por tanto, no escribo esto para pedirle al gobierno nada. ¿Quién en su sano juicio pensaría que la insensatez va a recobrar la cordura? ¿Cuántos errores han cometido y alguien ha visto alguna señal de arrepentimiento? En fin, de ilusiones también se muere y la muerte suele ser larga cuando de ilusiones se trata.
Sigo pensando, con absoluta sinceridad, que no hago esto para proponerme como candidato a nada, y ciertamente afirmo que los intelectuales somos pensadores, no actores políticos, por lo que me parece que un economista serio, no debería proponerse como político, para ello son los políticos.
¿Qué se debe hacer en un país como Venezuela? Pues la respuesta es sencilla, si usted pregunta mejor qué hizo Venezuela entre 1940 y 1974 para crecer tan impresionantemente y ahí está la respuesta. En 1940, la industria petrolera era un montón de trasnacionales que explotaban el petróleo y con ello, Venezuela obtenía en términos reales mucho más que lo que hoy obtiene, pero claro ahí van a saltar los necios que hablan de nacionalismo, y a ellos les pregunto ¿Qué hemos conseguido con la nacionalización que no sea corrupción, incapacidad y la llegada de toda una sarta de mediocres que se inician con Caldera en 1968 y termina con Maduro en 2013. Siento una admiración muy sincera por Betancourt, pero el guatireño inmortal cometió un error muy importante al considerar que no se deberían dar concesiones y abogar por la administración propia del negocio petrolero. Sin embargo, considero que hoy AD está entrampada, porque si Rómulo estuviese vivo, además de tener 100 años, se hubiese dado cuenta de lo que hizo Alan García en Perú y al igual que notó la brillantez de Haya de la Torre, hubiese descubierto que los partidos Socialdemócratas pueden adoptar el liberalismo. Lástima pero no hay líderes en AD que tomen el bate al estilo de Rómulo, con su brillantez y sentido práctico. ¿Qué hay que hacer?:

1.- Hay que privatizar todo, hasta el negocio petrolero para ver si por fin este país funciona y no es que en 1940 no hubiese industrias gubernamentales, las había pero no eran todas. Entonces si antes era urgente privatizar, hoy es inaplazable y cada segundo que pasa es más tarde, pero hay que empezar ya. Hoy es necesario privatizar, urgentemente todo lo nacionalizado, incluso las tierras que durante casi un siglo le pertenecen al gobierno, y de las cuales dispone como si él fuese el único dueño del Estado.
Pero esa privatización no puede ser como la hizo CAP, tiene que ser buscando un socio mayoritario que ejerza la administración y compartiendo su propiedad con todos los venezolanos. Eso obligará a dos cosas, que los nacionales comiencen a preocuparse por sus propiedades y a que el socio mayoritario tenga un muro de contención, en los accionistas minoritarios.
Eso llevaría a un desarrollo consecuente en los mercados de capital, un incremento en la recaudación impuestos, sin incrementar la tasa de recaudación, incluso podría disminuirse, contribuyendo al ahorro y al desarrollo del país, además de una mejora sustancial en la cultura y en el capital del venezolano que siempre ha sido un pobre endémico.

2.- Hay que reducir drásticamente los impuestos, tanto el IVA como el ISLR, en especial los que pechan a los trabajadores, ningún venezolano persona natural debe pagar impuestos, puesto que eso es una expropiación injusta. Los impuestos deben ser cancelados por las empresas, pero tampoco en esas tasas monstruosas que cobran en nuestro país. Un país sólo se puede desarrollar con bajos impuestos, y lo que tenemos no son bajos, y tampoco son impuestos, son expropiaciones injustas y legalizadas. Provocando a los gobiernos a planes faraónicos, inútiles y dañinos para el desarrollo del país.

3.- El gobierno debe conducir una reforma drástica en su presupuesto, no se puede seguir gastando como se lo hace, puesto que no estamos apoyando el desarrollo nacional, ciertamente, las compras de alimentos, productos e insumos al exterior es una traición a los nacionales, quienes pagan eso con desempleo, recesión y miseria. El gobierno debe reducir su tamaño, urgentemente y debe reducir sus gastos, puesto que él está para servir a los ciudadanos, con servicios decentes y los nacionales no están para mantenerlo en sus ineficiencias, errores y otros perjuicios que nos causa.

4.- El gobierno debe impulsar una reforma constitucional que limite seria y severamente sus atribuciones y que impida que otro loco, como todos los que nos han gobernado desde 1830 actúe como el propietario del país y nos vea a nosotros como sus esclavos.

5.- El gobierno debe establecer un plan para reducir el precio del dólar. En primer lugar, liberalizarlo, en segundo lugar no jugar emitiendo bonos y billetes a mansalva puesto que eso es lo que impulsa la devaluación y su posterior efecto en los precios. Si logramos esto, las expectativas que son las que marcan el nivel de los precios van a ser bajistas y los precios por fin cederán a la presión que siempre es efectiva por la falta de disciplina del gobierno y por la falta de probidad del BCV que alcahuetea todo lo que el gobierno desea.

6.- El gobierno debe dejar que las fuerzas del mercado actúen libremente, y fundamentalmente no mentir. Ya nadie recuerda, pero todos los gobiernos que han establecido controles de cambios dijeron que nunca los iban a montar, y todos los gobiernos que devaluaron la moneda, dijeron que ellos no iban a devaluar. En 2003, cuando se estableció el último control, era innecesario sin embargo, el gobierno dijo que era provisional, que lo hacían por necesidad y que lo suspenderían cuando las Reservas llegaran a US$ 18.000 millones. La promesa seguro que se realizó porque jamás creyeron que iba a llegar ahí, de hecho, pasó de largo y no liberaron el cambio. ¿qué pasó? Están esperando que vuelva a US $18.000 millones? Los gobiernos que mienten, no crean confianza y si no hay confianza, nunca va a haber crecimiento de verdad. Todo será como lo que hemos visto hasta hoy.

1 comentario:

Historiador Eloy Reverón dijo...

Hola Daniel
¿Cómo esperas que alguien te de una respuesta si previamente lo tildas necio? De esa manera pierden credibilidad tus razonamientos, un Taf