Hayek,
denominó La Fatal Arrogancia, a la insistencia sobre todo la intelectual de
creer que el socialismo puede ser realizado. En Venezuela, se ha intentado
varias veces, unas menos radicales, y otras más, como la actual, todas tienen
como consecuencia el fracaso. Veamos esto con la profundidad que permita el
papel.
En 1989 el
gobierno de Carlos Andrés Pérez firmó con el Fondo Monetario Internacional y
eso suscitó toda una serie de malos entendidos en todos los que presenciamos ese
acto. En algunos artículos que he escrito, expuse y sigo afirmando que el Fondo Monetario no es, como
se dice el sanedrín del Capitalismo. Ciertamente es el defensor de los
gobiernos, los bancos centrales y un promotor del Comercio Internacional, por eso
sólo le presta dinero a los países que han perdido reservas, para que no cesen
en sus pagos y para que el comercio internacional no se detenga.
Pero a todas
estas, el gran culpable, al que nunca se acusa de este acuerdo, fue el gobierno
de Jaime Lusinchi que mantuvo un control de cambios que heredó del gobierno de
Luis Herrera Campins y que no suspendió, hasta ver agotadas las reservas
internacionales, ya que las líquidas alcanzaron a US$ 3000 Millones. Ese hecho
fue lo que obligó al gobierno de Pérez a firmar con el FMI.
Los ministros
de Pérez no creían en eso, y de hecho cuando la situación mejoró por el efecto
de la invasión de Irak, se olvidaron de las privatizaciones y comenzaron a
aplicar políticas heterodoxas que no tenían que ver con la libertad económica.
Pérez quizá
fue el que menos creía en las políticas que dirigía, por eso, no presionó para
imponerlas y de hecho el famoso “Paquete de Pérez” quedó como un coitus
interruptus.
Desde
entonces, se cree que los ministros de Pérez son “Neoliberales” y se tilda a
aquellas políticas con el mismo adjetivo, cuando realmente algunas cosas tienen
que ver con liberalismo, pero algunas no, por ejemplo en un régimen liberal no
hay tantos impuestos y el gobierno es de menor tamaño. Pero todos creen que el
FMI y que esas políticas son el liberalismo, siendo esto una falsedad.
En 2003, no
hacía falta ningún control de cambios, pero haciendo caso omiso de los fracasos
anteriores, se ejecutó, con la única finalidad de mantener de rodillas al país.
Por supuesto, cuando se estableció, se aludió de nuevo a los sentimientos, se
dijo, las reservas se iban a acabar, y todos los venezolanos tienen un miedo
terrible con las reservas, todos creen que nunca son suficientes, es extraño,
pero en un país donde es difícil hacer entender a todos que ahorrar es
necesario, todos ven en las reservas un símbolo del ahorro. Pero las reservas
no son el ahorro nacional. Son sólo el resultado de la gestión internacional de
los nacionales.
Al crear el
control de cambios se hizo lo peor, que es crear un apetito que no existía por
las reservas y ese apetito no se sacia hasta no verlas agotadas, por eso es por
lo que montar un control de cambios es el acto más criminal que puede cometer
un gobierno.
Es curioso,
pero en 2010 cuando el presidente Chávez devaluó por cuarta vez a Bs. 4.30 por
dólar, el mismo Fondo Monetario, aplaudió la medida, por considerarla adecuada
para el desempeño fiscal, si el FMI fuese capitalista o liberal, abogaría por
los consumidores que fueron inmediatamente empobrecidos y expropiados con la
devaluación. Pero la fama siempre va delante de nosotros, haciendo estragos
sobre la realidad.
Hoy, el
resultado de la política de control de cambios a la par de toda una suerte de
errores “no planificados” es que ha dado al traste con las reservas
internacionales y si uno revisa con cuidado el balance del banco central que se
publicó en noviembre de 2013 (último disponible), hurgando en las cuentas de
reservas lo que queda en las reservas líquidas para enfrentar los pagos, las
subastas y cualquier otro desaguisado, es la significativa cantidad de 1200
millones de dólares.
Ahora las
preguntas, debido a que en este momento estamos peor que en febrero de 1989.
¿Cuándo el gobierno nos va a decir la verdad? ¿Cuándo nos va a decir que
lamentablemente se equivocaron? Que el socialismo es imposible y que además hay
que solicitarle un préstamo al FMI y que por ahora, olvídense, que no hay más remedio.
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