En Venezuela y en buena parte de
los países latinoamericanos hay un profundo desconocimiento de las ideas
políticas, y las personas, incluso analistas y profesores confunden conceptos
hasta la saciedad. Voy a tratar de hacer algo para ver si al menos se adelanta
alguito en esta terminología.
Como si fuésemos los viejos fundadores
del Segundo Reich alemán, todos confundimos Nación, Estado y Gobierno, una
Nación es una identidad cultural, por ejemplo los latinoamericanos somos una
Nación junto a España, con quien compartimos, el idioma e incluso la religión.
Un Estado es una reunión de personas que se coligan a un fin político, este
estado puede ser una nación, cuando la identidad cultural es menor, como pasa
por ejemplo con los húngaros o los japoneses. Pero puede ser una sección de una
nación, como pasa en Latinoamérica, con buena parte de los países. Pasa con los
fascistas que tienen raigambre en la ideología hegeliana, que creen que el
Estado es un ente con vida propia, que tiene un espíritu, pero no es así, la
vida del Estado está supeditada a la de los individuos que lo conforman. Ahí es
donde está el problema, porque el Estado suele confundirse con la unidad
administrativa que lo conforma que es el Gobierno. Un gobierno está conformado
por un grupo más reducido de personas que sí tienen un fin preestablecido, que
puede ser servir a los ciudadanos, o puede ser mantenerse en el poder. Tengo la
creencia que el segundo fin es el verdadero y a veces, para conseguir el
segundo, realizan el primero, por mero fin utilitario.
Otro gran problema es el de la
orientación política, que no es lo mismo que ideología. Ideología, por cierto,
es una suerte de fanatismo. Si yo soy católico, eso es íntimo y personal, no
debo imponer a los demás el bautizo y la confirmación, para la solución de los
problemas. Eso sería fanatismo. En Política pasa igual, hay quienes siendo
ateos, creen en su ideología como si fuese un sustituto perfecto de la
religión, tal cosa le ocurre a los marxistas y sus derivaciones. Por ejemplo un
liberal diría la empresa privada es más eficiente y aunque haya pruebas
definitivas de esa afirmación por ejemplo al comparar a PDVSA y PEMEX con Exxon
o Shell, se hace evidente que con menos personas se produce más, se obtienen
mayores utilidades, los accionistas están más satisfechos que los ciudadanos,
en los que hay empresas estatales. Pero si usted es de los que afirma: “si,
pero debe haber una empresa gubernamental bien administrada…” ya usted
introdujo algo aquí de ideología que no debería estar si el análisis es
racional. “Debe haber” no es “hay”.
En esto de la ideología
cualquier explicación confunde, y verán como todo se complica, la derecha es
conservadora, por tanto, el gobierno de Chávez, Maduro, de los Castro, que
trata de mantenerse en el poder y mantener sus estructuras fijas para que les
permita seguir gobernando, es un gobierno de derecha, aunque griten a todo gañote,
somos de izquierda. Entonces un liberal no puede ser de derecha, si usted dice
ser liberal y dice ser de derecha, eso es una contradicción absoluta. Piénselo
y no hable sin pensar, eso suele ser contraproducente.
Entonces qué es la izquierda, son
aquellos que abogan por el cambio, por la resolución de los problemas de los
más débiles, es decir, ellos, aunque los disfrazan tan bien, que todos creen
que ayudan a los demás. No hay peor cuña que la del mismo palo. En la
revolución francesa, estaba claro que la izquierda eran los burgueses, que
abogaban por sus intereses, pero en el mundo moderno, un buen izquierdista no
puede ir por ahí diciendo que aboga por sus propios intereses, y menos por
alcanzar los sitiales de un viejo burgués, si lo hace, no ganaría ninguna elección.
En la Revolución Francesa se podía, porque al burgués izquierdista, lo eligió
el rey para formar parte de la asamblea. Fíjense, en eso un liberal se parece
un poco más a un izquierdista que a un derechista, sin llegar a la izquierda
hipócrita, el liberal se les acerca. Pero nadie dice soy un liberal de
izquierda, a menos que sea miembro del partido demócrata americano y esos no
son liberales, pero eso sí, si son de izquierda, y sus intereses son los
personales, y ellos saben hacer a todos creer que son los intereses de los
demás.
Desde un enfoque económico los
regímenes fascistas tenían controles de precios, de cambios y otros mecanismos
de control gubernamental a las empresas. Sus políticas, eran tan parecidas a
las que aplican los socialistas de izquierda, que hacían que sus diferencias
con los gobiernos socialistas (comunistas) solo se limitaban a la propiedad de
los medios de producción, que no estaba prohibida, pero si férreamente limitada.
Por lo que las diferencias son tan sutiles, que no hay forma de separarlos, a
menos que usted diga de una manera totalmente ideológica, me gustan los
socialistas y los prefiero, o me gustan los fascistas y son lo mejor. Pero hay
que dejarlo claro, a un buen liberal, no le gusta ni los unos, ni los otros y
saben que ninguno sirve.
Ante de cerrar esto y pasar a
entender la forma de la organización política, un liberal no es representante
de las empresas. Si así fuese, quizá si serían de derecha o de izquierda. Un
liberal es partidario del individualismo, eso significa que defiende los
derechos de las personas, no de las empresas o las corporaciones. Sin embargo,
uno de los derechos de las personas es asociarse en corporaciones. Por eso, un
liberal defiende el sistema de empresas privadas, no a las empresas en
particular, porque producen mejores productos a mejores precios para los
individuos. Pero cuando un gobierno se coliga con una empresa o con un grupo de
empresas, eso es fascismo y el germen del monopolio, por tanto va en perjuicio
del individuo. Venezuela ha tenido demasiado de eso y sigue teniéndolo. Eso no
es liberalismo. El liberalismo no tiene un partido, como las personas
particulares tampoco lo tienen, por eso no hay un partido liberal, hay un
pensamiento liberal, que es muy escaso en el mundo moderno y menos en nuestro
país.
Otro asunto, es la organización
política. La democracia es una forma de gobierno que aboga por la representación
proporcional de todas las personas de un país. El sistema liberal funcionaría
sólo en una organización democrática, nunca en una dictadura, por eso Gómez no
fue liberal, y tampoco lo fue Pinochet. Sin embargo, si la democracia no se
entiende y se practica bien, puede convertirse en la dictadura de la mayoría,
cosa que se ha experimentado no pocas veces en la vida política venezolana. Una
verdadera democracia es la discusión consciente de las personas para llegar a
consensos, lo que es verdaderamente liberal, se parece al mercado, no es
perfecto, pero funciona como un proceso continuo de aprendizaje y acuerdos.
La República, que también es un
concepto difuso, es una forma de organización en la que se divide el poder en
varias fuentes o poderes para conseguir un equilibrio político con la finalidad
que no supedite uno sobre otros. Sin embargo, eso es teórico, porque la
República puede ser Presidencialista, como la venezolana o la norteamericana; o
Parlamentaria como la italiana, o la francesa, y aunque son monarquías, la española
o la británica, son un régimen parlamentarista.
Por cierto, la expresión
República Bolivariana es un apodo malo, a menos que uno entienda que Bolívar
creía en una forma de gobierno presidencialista, centralizada, autoritaria y
despótica. ¿Entonces, no se trata de una contradicción? Es, ciertamente lo que
se tiene. Lo que pasa, es que políticamente es no deja de ser un apodo, para
esconder la realidad. Parece cosa nuestra.
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