domingo, 21 de agosto de 2011

Oro parece plátano es

Los venezolanos tenemos por costumbre el olvido. En 1982, cuando nos quedábamos casi sin reservas, el gobierno de Luis Herrera Campins decidió revalorizar el oro, para elevar el volumen de las reservas y para monetizarlas con la finalidad de obtener un ingreso fiscal adicional. Dos meses luego de esa medida, el gobierno devaluó la moneda que había permanecido estable desde más de doce años. Se instauró un control de cambios para proteger las reservas que quedaban y luego de un breve crecimiento terminó en un agotamiento total de las reservas, en el gobierno de Lusinchi.
No era la primera vez, Venezuela tiene por costumbre el control de cambios, así como los argentinos el corralito y siempre es igual, se establece para proteger las reservas y luego de una recuperación importante que se confunde con la eficiencia del control, comienza a desplomarse el monto de las reservas y en medio del control nos quedamos sin reservas. Eso si, cuando restituyen la libertad cambiaria las reservas comienzan a crecer como la espuma. Cuando lo cuento a mis alumnos, no me creen y les digo que deben ir a la página del Banco Central y bajar la información estadística y verificarlo por su cuenta. Por supuesto ellos no lo hacen y permanecen de nuevo en la ignorancia y cuando otro profesor habla de las bondades del control de cambio, a ellos les parece más lógico y permanecen en su situación de olvido.
Cada vez que se ha realizado un control de cambios en Venezuela, y debe ser igual en otros países, no se consiguen los objetivos y hay que restituir la libertad cambiaria. Soy un hombre optimista por naturaleza, pero creo que eso siempre se olvida y cuando ocurre algún evento político, el gobierno que siempre está rodeado de incapaces, ve como única alternativa el control de cambios y se vuelve a cometer el error.
La historia no se debería repetir, y sólo la repiten los incapaces. Va a sonar cruel pero vamos a hacer memoria. Cuando se estableció este control había doce mil millones de dólares en reservas, por lo que no hacía falta establecer ningún control. Quien lo estableció prometió que cuando las reservas alcanzaran la cantidad de diez y ocho mil millones de dólares quitaría el control de cambios y muy pronto lo alcanzó, de hecho en 2008 se alcanzó un nivel superior a los $40.000 millones y no se quitó el control de cambios. ¿alguien dijo algo? ¿será que todos siempre creen que se debe mantener el control? Desde entonces las reservas vienen en bajada. Pero las apariencias son peores de lo que usted se imagina. Porque desde 2007, el Banco Central está haciendo lo que no se debe hacer jamás en contabilidad, que es valorar a mercado algo que no se va a vender. El oro que no ha crecido en tamaño, porque cuando Luis Herrera Campíns e incluso antes, había 11,5 millones de onzas de oro, y ahora hay 11,8 millones de onzas, es decir 3% nada más, sin embargo como el oro está subiendo de precio y lo ha hecho desde 2007 el gobierno y su banco central han revalorizado el oro. El resultado es que hoy parece que eso ha contribuido a un incremento de las reservas de 420,6%, eso sí, no hay más oro, sigue siendo casi la misma cantidad.
Sin embargo, las reservas están cayendo y el oro lo único que hace es amortiguar la caída con la revalorización que es un procedimiento contable errado por la práctica y por las normas.
De hecho si el oro se hubiese mantenido en su valoración de $300 la onza que le asignó la directiva del banco central de 1982, tendríamos un total de reservas igual a $13.000 Millones y eso es casi el mismo nivel de reservas con el que comenzó el control de cambios en 2003. Si se hiciera la contabilidad bien, la caída que se ha experimentado en reservas de 33% sería realmente de 62%. Ahora el desespero por traer las reservas al territorio venezolano, probablemente es indicativo que no sólo la contabilidad del oro se hace de espaldas a los principios de contabilidad generalmente aceptados.
Ahora algunos analistas están haciendo cálculos equivocados, suponiendo que las reservas en oro están creciendo, cuando en realidad es la misma cantidad y lo único que está cambiando es el precio. Otra píldora de historia, en 1982 el oro alcanzó $800 la onza y el banco central decidió valorarlo a $300, en un error conservador, pero errado, hoy hace la valoración a mercado y el error no se nota mientras el precio del oro sube y eso beneficia al banco central, pero ¿y si el oro baja? Entonces ¿van a registrar la pérdida de valoración? Es como si usted tiene un apartamento, pero no tiene más nada y como el precio ha estado subiendo usted se cree rico y pide dinero prestado para comérselo, como no tiene nada, al final va a tener que vender el apartamento para pagar su deuda.

2 comentarios:

Guillermo Yáber Oltra dijo...

Excelente tema de blog. Lo felicito. Sus argumentos son aleccionadores. Voy a recomendar este artículo a colegas, familiares y amigos

Leudy dijo...

Muy relevante la observacion sobre el procedimiento contable de las reservas.