lunes, 15 de febrero de 2016

Definiciones en política


En Venezuela y en buena parte de los países latinoamericanos hay un profundo desconocimiento de las ideas políticas, y las personas, incluso analistas y profesores confunden conceptos hasta la saciedad. Voy a tratar de hacer algo para ver si al menos se adelanta alguito en esta terminología.
Como si fuésemos los viejos fundadores del Segundo Reich alemán, todos confundimos Nación, Estado y Gobierno, una Nación es una identidad cultural, por ejemplo los latinoamericanos somos una Nación junto a España, con quien compartimos, el idioma e incluso la religión. Un Estado es una reunión de personas que se coligan a un fin político, este estado puede ser una nación, cuando la identidad cultural es menor, como pasa por ejemplo con los húngaros o los japoneses. Pero puede ser una sección de una nación, como pasa en Latinoamérica, con buena parte de los países. Pasa con los fascistas que tienen raigambre en la ideología hegeliana, que creen que el Estado es un ente con vida propia, que tiene un espíritu, pero no es así, la vida del Estado está supeditada a la de los individuos que lo conforman. Ahí es donde está el problema, porque el Estado suele confundirse con la unidad administrativa que lo conforma que es el Gobierno. Un gobierno está conformado por un grupo más reducido de personas que sí tienen un fin preestablecido, que puede ser servir a los ciudadanos, o puede ser mantenerse en el poder. Tengo la creencia que el segundo fin es el verdadero y a veces, para conseguir el segundo, realizan el primero, por mero fin utilitario.
Otro gran problema es el de la orientación política, que no es lo mismo que ideología. Ideología, por cierto, es una suerte de fanatismo. Si yo soy católico, eso es íntimo y personal, no debo imponer a los demás el bautizo y la confirmación, para la solución de los problemas. Eso sería fanatismo. En Política pasa igual, hay quienes siendo ateos, creen en su ideología como si fuese un sustituto perfecto de la religión, tal cosa le ocurre a los marxistas y sus derivaciones. Por ejemplo un liberal diría la empresa privada es más eficiente y aunque haya pruebas definitivas de esa afirmación por ejemplo al comparar a PDVSA y PEMEX con Exxon o Shell, se hace evidente que con menos personas se produce más, se obtienen mayores utilidades, los accionistas están más satisfechos que los ciudadanos, en los que hay empresas estatales. Pero si usted es de los que afirma: “si, pero debe haber una empresa gubernamental bien administrada…” ya usted introdujo algo aquí de ideología que no debería estar si el análisis es racional. “Debe haber” no es “hay”.
En esto de la ideología cualquier explicación confunde, y verán como todo se complica, la derecha es conservadora, por tanto, el gobierno de Chávez, Maduro, de los Castro, que trata de mantenerse en el poder y mantener sus estructuras fijas para que les permita seguir gobernando, es un gobierno de derecha, aunque griten a todo gañote, somos de izquierda. Entonces un liberal no puede ser de derecha, si usted dice ser liberal y dice ser de derecha, eso es una contradicción absoluta. Piénselo y no hable sin pensar, eso suele ser contraproducente.
Entonces qué es la izquierda, son aquellos que abogan por el cambio, por la resolución de los problemas de los más débiles, es decir, ellos, aunque los disfrazan tan bien, que todos creen que ayudan a los demás. No hay peor cuña que la del mismo palo. En la revolución francesa, estaba claro que la izquierda eran los burgueses, que abogaban por sus intereses, pero en el mundo moderno, un buen izquierdista no puede ir por ahí diciendo que aboga por sus propios intereses, y menos por alcanzar los sitiales de un viejo burgués, si lo hace, no ganaría ninguna elección. En la Revolución Francesa se podía, porque al burgués izquierdista, lo eligió el rey para formar parte de la asamblea. Fíjense, en eso un liberal se parece un poco más a un izquierdista que a un derechista, sin llegar a la izquierda hipócrita, el liberal se les acerca. Pero nadie dice soy un liberal de izquierda, a menos que sea miembro del partido demócrata americano y esos no son liberales, pero eso sí, si son de izquierda, y sus intereses son los personales, y ellos saben hacer a todos creer que son los intereses de los demás.
Desde un enfoque económico los regímenes fascistas tenían controles de precios, de cambios y otros mecanismos de control gubernamental a las empresas. Sus políticas, eran tan parecidas a las que aplican los socialistas de izquierda, que hacían que sus diferencias con los gobiernos socialistas (comunistas) solo se limitaban a la propiedad de los medios de producción, que no estaba prohibida, pero si férreamente limitada. Por lo que las diferencias son tan sutiles, que no hay forma de separarlos, a menos que usted diga de una manera totalmente ideológica, me gustan los socialistas y los prefiero, o me gustan los fascistas y son lo mejor. Pero hay que dejarlo claro, a un buen liberal, no le gusta ni los unos, ni los otros y saben que ninguno sirve.
Ante de cerrar esto y pasar a entender la forma de la organización política, un liberal no es representante de las empresas. Si así fuese, quizá si serían de derecha o de izquierda. Un liberal es partidario del individualismo, eso significa que defiende los derechos de las personas, no de las empresas o las corporaciones. Sin embargo, uno de los derechos de las personas es asociarse en corporaciones. Por eso, un liberal defiende el sistema de empresas privadas, no a las empresas en particular, porque producen mejores productos a mejores precios para los individuos. Pero cuando un gobierno se coliga con una empresa o con un grupo de empresas, eso es fascismo y el germen del monopolio, por tanto va en perjuicio del individuo. Venezuela ha tenido demasiado de eso y sigue teniéndolo. Eso no es liberalismo. El liberalismo no tiene un partido, como las personas particulares tampoco lo tienen, por eso no hay un partido liberal, hay un pensamiento liberal, que es muy escaso en el mundo moderno y menos en nuestro país.
Otro asunto, es la organización política. La democracia es una forma de gobierno que aboga por la representación proporcional de todas las personas de un país. El sistema liberal funcionaría sólo en una organización democrática, nunca en una dictadura, por eso Gómez no fue liberal, y tampoco lo fue Pinochet. Sin embargo, si la democracia no se entiende y se practica bien, puede convertirse en la dictadura de la mayoría, cosa que se ha experimentado no pocas veces en la vida política venezolana. Una verdadera democracia es la discusión consciente de las personas para llegar a consensos, lo que es verdaderamente liberal, se parece al mercado, no es perfecto, pero funciona como un proceso continuo de aprendizaje y acuerdos.
La República, que también es un concepto difuso, es una forma de organización en la que se divide el poder en varias fuentes o poderes para conseguir un equilibrio político con la finalidad que no supedite uno sobre otros. Sin embargo, eso es teórico, porque la República puede ser Presidencialista, como la venezolana o la norteamericana; o Parlamentaria como la italiana, o la francesa, y aunque son monarquías, la española o la británica, son un régimen parlamentarista.
Por cierto, la expresión República Bolivariana es un apodo malo, a menos que uno entienda que Bolívar creía en una forma de gobierno presidencialista, centralizada, autoritaria y despótica. ¿Entonces, no se trata de una contradicción? Es, ciertamente lo que se tiene. Lo que pasa, es que políticamente es no deja de ser un apodo, para esconder la realidad. Parece cosa nuestra.

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