domingo, 26 de agosto de 2012

Los venezolanos vivimos en la actualidad la lección más importante


La lección más importante que deben enfrentar los venezolanos después del accidente de Amuay, si es que se puede llamar accidente a la falta de mantenimiento que debe hacer toda gerencia responsable, es que el gobierno, y no estoy hablando sólo de este gobierno, sino de todos los gobiernos NO pueden tomar el lugar que le corresponde a la empresa privada en su función empresarial. Si quienes explotan el petróleo en Venezuela fuesen empresas privadas, habría un gerente o un grupo de gerentes y directores presos, porque no habría excusas, como siempre sobran y sobrarán en cualquier sistema en el que el gobierno se dedica a aquello que no sabe, ni aprenderá nunca a hacer.
Privatización es una palabra que en Venezuela tiene un significado equivocado, como especulador también, porque desde nuestra más tierna infancia nos han enseñado mal que los recursos naturales los debería explotar el Estado, y con esa estupidez, hemos creado un monstruo que no sabe ni amarrarse los zapatos y que quiere tener industrias petroleras, nucleares y agencias aeroespaciales. Los gobiernos serios, sólo hacen de policía, pero muy buena policía, que sí atrapa a los que delinquen y evitan que ocurran crímenes, no quienes negocian con los pranes para conseguir favores. Tienen buenos sistemas de justicia que castigan severamente a quienes faltan, pero comprenden que el ser humano puede cambiar y hacerse útil a la sociedad. Un gobierno también debe aportar salud y educación para aquellos que no pueden pagar ese servicio y gestionan el buen resultado de las inversiones públicas que las debe realizar el sector privado.
Lo otro es que todos los venezolanos creemos que si el negocio lo maneja algún particular, ese se va a hacer rico, porque es un especulador. Ojalá se haga rico, y bastante, para que siga invirtiendo y dando trabajo, haciendo lo que debe hacer un empresario que es ser útil a la sociedad ofreciendo fuentes de empleo. Útil para lo sociedad es quien produce, como trabajador o como empresario.
Si quiero algo para mi consumo, voy al abasto de la esquina que gerencia un portugués o un chino, que es mucho más pobre que el gobierno, pero sabe mantener surtido su negocio y a pesar de las inclemencias de un gobierno incapaz de importar como un distribuidor privado, ese gerente se las arregla para tener su negocio mejor surtido que el monopolio que llaman PDVAL.
Por eso debemos cambiar nuestra forma de pensar, para que algún día tengamos éxito. Tenemos que privatizar todo aquello que el gobierno es y será siempre incapaz de gerenciar y debemos dejar que los empresarios produzcan un sin fin de productos para que Venezuela recupere la ruta que perdió hace años cuando al gobierno se le ocurrió que podía planificar y gerenciar como si fuese un empresario.
Para que eso ocurra, tiene que disminuir los impuestos porque no podemos competir con ningún país atrayendo inversión con las tasas más grandes de impuesto de la región. No hablo de empresarios extranjeros, sino de empresarios en general, porque ni los venezolanos, ni mucho menos los extranjeros, invierten cuando los impuestos son tan elevados y la incertidumbre por la intervención y los controles es tan acentuada. Por cierto, los invito a pensar ¿Ustedes conocen algún país que crezca con tasas de impuesto altas? Las tasas de impuesto elevadas son para los países ricos, que ya alcanzaron niveles elevados de desarrollo y ya no crecen, sino a un ritmo del 1% anual. Venezuela requiere crecer al doble o al triple de su tasa de crecimiento poblacional, si no lo consigue vamos a ser eternamente pobres. Para crecer sólo existe una manera: creando riqueza privada. Tenemos cincuenta años haciendo crecer el sector público y lo único que creamos es más pobreza y mayores monopolios públicos.
Amuay, por tanto PDVSA, Sidor, las cementeras, el sector eléctrico son la prueba inconfundible que estamos equivocados y la única rectificación es que cada quien se dedique a lo que sabe. Cincuenta años de desaciertos nos deben llamar a la reflexión. La democracia sólo puede ser estable con un país en el cual se genera riqueza y seguir promocionando el crecimiento público es apoyar un modelo que lo único que crea son pobres.  
Hay que entender que ningún gobierno puede hacer de empresario y quien no haya sido empresario puede regular efectivamente nada y mientras más rápido lo aprendamos, menos vamos a sufrir y más vamos a crecer.

viernes, 10 de agosto de 2012

Sobrevaluación Gubernamental

Acabo de llegar de Argentina y la primera impresión que me dio el viaje es la cruenta inflación que experimentan nuestros amigos argentinos. Visto a los ojos de quien tiene diez años sufriendo un control de cambios y unido a eso, toda la suerte de políticas equivocadas que toman los gobiernos cuando se empeñan en controlarlo todo. Escribo estas líneas para hacerme una explicación a los fenómenos, algunos de ellos comunes a los nuestros. Venezuela siempre ha sufrido de una suerte de complicación que los economistas denominan sobrevaluación. ¿Qué significa? Que el cambio está muy barato para comprar las cosas fuera, y en cambio tiene poco poder de compra interno. ¿Por qué ocurre eso? Bueno eso es más complejo y a eso es a lo que vamos a tratar de dar explicación. Cuando se controla el cambio o cuando no se permite que fluctúe con libertad, generalmente se vende a un precio fijo, que normalmente está regulado por el gobierno, que a su vez monopoliza la venta de esa divisa. Eso cuando el control es muy estricto, como es el caso de Venezuela y Argentina en este momento fomenta la formación de un mercado de cambios “negro” donde como es lógico la divisa se consigue a un precio mayor, que generalmente está más asociado al poder de compra. Pero en países como Venezuela y Argentina en los que no hay una moneda que se use para los cambios internacionales, por ejemplo un venezolano no puede salir a comprar cosas fuera en bolívares y un argentino tampoco puede tomar sus billetes y salir de viaje por el mundo, entonces sus monedas y sus precios no sirven de referencia para vender en el exterior. Un ejemplo sencillo puede ser el siguiente, si alguien quiere comprar petróleo venezolano lo compra en dólares y jamás lo compraría en bolívares, por lo que si el precio del dólar se eleva (es decir si el bolívar se devalúa) eso no mejora la exportación de petróleo o cualquier otro producto venezolano, fundamentalmente porque los productos venezolanos que se exportan y que se han exportado en su gran mayoría son productos donde los márgenes son tan importantes que se puede exportar a casi cualquier tipo de cambio. Esos productos eran competitivos y podían ser exportables casi sin complicación. Pero en el caso argentino si hay una diferencia, los productos tienen un margen aceptable y eso se descalabra cuando hay un régimen de cambios controlados. En Venezuela siempre ha ocurrido que el precio del dólar usado como referencia estaba en un nivel y cuando existía control de cambios, el precio del mercado negro podría ser entre 60% y 100% mayor, mientras que los precios internos, estuvieron siempre dolarizados a un nivel de entre 120% y 200% por encima del tipo oficial de cambios. En Argentina ocurre distinto, sus productos se venden al precio referencial en pesos y al menos en este viaje encontré que el cambio oficial está en un nivel, su mercado negro se encuentra aproximadamente 50% por encima y los precios de sus productos están al doble. Cuándo vamos a aprender nuestros países que la única manera de resolver los problemas es teniendo menos gobierno. Que en realidad, lo único que está sobrevaluado es el la posición del gobierno en nuestras sociedades y que eso de alguna manera debe cambiar para que nuestros países disfruten de un mundo sin tantas regulaciones, prohibiciones y falsedades. Menos gobierno y más individuo para que la sociedad sea verdaderamente humana.