miércoles, 29 de julio de 2015

¿Cómo saber si usted está viviendo una Hiperinflación?

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Antes algo de historia. En 1923 se desató uno de los escenarios más impresionantes de hiperinflación que se relate en la historia de la economía: la famosa hiperinflación alemana (y austríaca). Los profesores de historia económica refieren a que eso fue ocasionado por las “injustas” condiciones de los acuerdos de Versalles, porque Alemania y Austria se vieron obligadas a pagar reparaciones de guerra. Yo crecí con esa versión que es la que también popularizó John Maynard Keynes, pero hace ya algunos años leyendo un interesante libro de von Mises que se llama Gobierno Omnipotente, descubrí que Alemania pagó reparaciones de guerra entre 1924 y 1931, por supuesto en 1931 las suspendió Hitler, mientras que el período inflacionario corrió entre 1920 y 1923 y que la hiperinflación se presentó a finales de 1923. Ahora bien, los pagos por reparaciones comenzaron en septiembre de 1924. Entonces ¿cómo una cosa que ocurrió 9 meses después puede ser la causa de una anterior?

Bueno ya saben que la causa no se le puede achacar a los tratados de Versalles. ¿Qué ocurrió ahí? En Alemania y en Austria había un grupo de economistas que eran los más populares de su tiempo y que se les llamaba los historicistas. Su líder era Gustav Schmoller y él siguiendo a sus maestros Karl Knies y Bruno Hildebrand, quienes fueron llamados también los Socialistas de Cátedra (o los socialistas de pupitre), recomendaban políticas económicas fuera del campo de la libertad económica. No eran marxistas, y el único que reconoció al inicio de su vida académica cierta afiliación al marxismo fue Werner Sombart, quien junto a Marx contribuyó a hacer del capitalismo la víctima de sus desprecios e injurias. Hacían una dura crítica a Adam Smith y a todo lo que se refiriera a la libertad económica. Eran partidarios de un Estado fuerte e interventor.

Estos personajes son los creadores de ideas tan “brillantes” como los seguros sociales, los sindicatos, las leyes del trabajo, los salarios mínimos, los mecanismos de control de precios y las políticas de estímulo a la producción nacional, llegando incluso a proponer las cooperativas y los carteles industriales. Para ellos cualquier cosa que sonara a libre mercado debería ser prohibida en Alemania, llegando a recomendar la expulsión del profesor que abogara por la libertad económica. Aunque ustedes no lo crean, esas ideas también influyeron en los economistas que acompañaron a López Contreras y a Medina Angarita en sus gobiernos “progresistas” a quienes hoy nuestros economistas veneran. Esas ideas “brillantísimas” prepararon el escenario para la hiperinflación alemana.

Sólo les faltaba un ingrediente. La llegada del socialismo, es decir el triunfo del partido socialista alemán después de la primera guerra mundial. Estos fueron los primeros Socialdemócratas y entre sus genialidades, decidieron no volver al patrón oro y usaron el Banco Central para financiar el hipertrofiado sistema estatal que heredaron y al cual también inflaron en lo que se llamó la República de Weimar. Sorpréndase, hoy hay políticos que admiran ese proceso. Hablando de Progreso y de Estado del Bienestar, que son términos historicistas.

Como en aquel entonces, no hacía falta más nada que ignorancia económica para llegar ahí. Ignorancia no de los ciudadanos o de los políticos, sino de los académicos y eso es lo que da pavor. Volvamos a Mises, quien si vivió este proceso y lo entendió como nadie. La definición de inflación de Mises es la que sigue: “la palabra inflación se emplea para designar los cambios de origen dinerario que dan lugar a una baja del poder adquisitivo de la moneda, mientras que el término deflación se utiliza para significar cambios igualmente monetarios que incrementan su poder adquisitivo”. Esa es la razón por la que en esta página y en mis clases no mido la inflación con el índice de precios, de hecho un economista de verdad debe saber que esos índices no indican nada más allá de un pobre promedio, que no sirve para nada. Eso sí, los políticos y otros tipos que no saben nada de economía, los consideran útiles aunque no saben siquiera qué miden. La inflación se mide por el crecimiento de la base monetaria, sobre todo en los sistemas en los que hay monopolio de emisión, como ocurre en Venezuela.

Aquí viene otro temor, mío por supuesto. Todo aquel que no sabe economía afirma: la liquidez es la que provoca la inflación y aseguran que en Venezuela la liquidez ha crecido demasiado. Pues de nuevo no están viendo la realidad, lo que crece en Venezuela es la Base Monetaria. La Liquidez puede ser medida de muchas formas y una es sumar la Base Monetaria y el crédito bancario. Ahora bien, el crédito se mantiene en las mismas proporciones siempre, incluso ha bajado, porque en marzo de 1997 si dividen la liquidez por la base les daría 3,5 veces y si hacen lo mismo para marzo de 2015 les da 3 veces. Es decir el crédito ha disminuido (proporcionalmente). En USA la misma división daría un nivel cercano a 6 veces y ellos no tienen inflación. Entonces la liquidez y su componente principal el crédito no es la que causa la inflación. Si calculan cuanto ha crecido la base entre marzo de 1997 y marzo 2015 (los datos del BCV son hasta marzo), lo hizo 543 veces, es decir el equivalente de 41.89% interanual. Ahí lo tienen, lo que genera el crecimiento de los precios es el incremento de 41.89% interanual de la inflación (es decir la inflación de la base monetaria). Mi temor es porque si alguien quiere ser ministro de finanzas o presidente del banco central debería saber estas cosas y no las saben. Ellos son los que confunden a los periodistas y al público con sus cifras equivocadas y sus teorías peores.

Hay además otros que quieren que el Banco Central publique el índice de inflación y se devanan los sesos, perdón aplanan sus dedos, buscando en internet (vía Smartphone) la definición más precisa de hiperinflación. Señores lo siento, si en una economía la Base Monetaria está creciendo a un promedio de 41.89% interanual, esa economía es hiperinflacionaria. Y la estamos midiendo desde 1997. Si vamos más atrás, probablemente sea un poco menor pero siempre es superior a 30%. Si usted tiene tres años al 30% tiene una pérdida del valor monetario del orden del 83,54% (casi el 100%), es decir al cabo de tres años el dinero no vale nada y hay que hacer una reforma monetaria. En Venezuela desde 1997 se hubiesen requerido 35 reformas monetarias y habrían sido inútiles, porque no hubiesen acabado con la verdadera causa del problema, que son un gobierno incapaz y un banco central alcahuete.

La Hiperinflación es una pérdida masiva del poder de compra del dinero. Eso es lo que viene ocurriendo en Venezuela desde 1983 y que se ha acentuado en los últimos meses, pues el Banco Central eleva la emisión de dinero primario (base monetaria) y la gente se deshace de los billetes de manera apresurada, es decir, la oferta se eleva y la velocidad de circulación del dinero se incrementa, pero la velocidad es el inverso de la demanda monetaria entonces la demanda disminuye. Bingo, dos cosas que no esperaban, que la oferta y la demanda no son iguales (nunca lo son) pero la hiperinflación es un fenómeno que hace que ese desequilibrio, que es natural se extreme, porque la oferta se eleva de manera impresionante y la demanda cae de manera precipitada. El desequilibrio es tan grande que genera ese fenómeno que llamamos hiperinflación.

lunes, 20 de julio de 2015

Todo lo que va a ocurrir tiene su hora!



Uno de los errores más grandes de Hugo Chávez fue montar el control de cambios. Nunca fue necesario,  porque era falso que en el momento en el que se implantó había fuga de divisas, de hecho hubo unas compras, que si se revisa eran compras que el mismo gobierno estaba haciendo para poder comprar combustibles y otros insumos para provocar el fin de la huelga petrolera que se armó también por error en diciembre de 2003.
Si recuerdan, Chávez dijo que él iba a quitar el control cuando las reservas llegaran a Diez y ocho mil millones. Siempre he tenido la impresión que le preguntó a alguien cual es el nivel más alto que hemos tenido en reservas y a la respuesta de 18.000 millones fijó ese nivel como algo que no se iba a alcanzar y digo esto para que entiendan que  estos señores que dicen gobernar, nunca han podido planificar ni un día de su vida, menos planificar una verdadera estrategia. Pero los fanáticos de las teorías conspirativas, son en el fondo socialistas y creen que todas esas cosas son posibles.
De hecho, las reservas alcanzaron un nivel impresionante de 37.740 millones (al cierre de 2006) y no quitaron el control de cambios. Hoy anda por ahí el Sr.  Istúriz diciendo que si quitan el control de cambios los tumban. Es que este señor no se habrá dado cuenta que su afirmación es una declaración de lo mal que están haciendo sus políticas y que cree, que lo único que evita su derrota definitiva es ese bendito control.
Hoy se dice mucha tontería al respecto. Los de la oposición dicen que no se puede quitar el control de cambios de golpe e insisten en hacer una política gradual, bueno señores, esto que estamos viviendo es el gradualismo. Si a usted lo operan  le colocan una venda, cuando llega la enfermera a quitársela no se la quita poco a poco, con cuidadito, la quita de un golpe y listo. Así hay que quitar el control de cambios. De otra manera a uno le duele una enormidad.
Sigo insistiendo, gradualmente hemos llegado a un tipo de cambio de Bs. 630/$. Por cierto, para quienes no saben calcular y para los que quieran aprender, eso significa que si hace un año el precio del dólar era Bs 80,41/$ el precio del dólar se elevó en 683,48% (se divide 630 entre 80,4, se le resta uno y se multiplica por cien) y es equivalente a una devaluación del 87,24% (se divide 80.41 entre 630, se le resta uno y se multiplica por cien) es decir el bolívar perdió un 87.24% de su valor, eso es la devaluación.
Ahora ¿eso es culpa de Dólar Today? No eso es culpa de todos aquellos que afirman que el control de cambios no se puede quitar y que si lo hacen tendrían que hacerlo gradualmente y acompañarlo con toda una suerte de políticas que eviten que se caiga. El dólar de 630 es insostenible sin control y para sostenerlo hay que hacer mucha política. Eso es lo que dicen los que dicen saber algo de esto.
Lo cierto es que esa es la misma consigna que se escuchó en 1989 cuando Pérez quitó el control de cambio de Herrera Campins y Lusinchi, y la misma que se hizo popular cuando Caldera quitó su control en 1996.
¿Qué hay que hacer? Bueno a nadie le gusta, hay que solicitar apoyo del Fondo Monetario y realizar un plan de ajustes macroeconómico. Por cierto, al FMI no le gustan los controles, pero menos le gustan los sistemas de cambios múltiples como el que tenemos en Venezuela, por lo que para aprobarnos un plan de ajustes, el compromiso fundamental va a ser quitar el control. Ahí lo tienen, la única manera en la que quitarían el control de cambios es firmando un acuerdo con el fondo.
De nuevo mi impresión es que la oposición no insistió en la pelea por demostrar que ellos ganaron la elección de 2013 (ojo yo no creo que ganaron) fue que ellos sabían que les iba a tocar firmar con el FMI y prefirieron pasar agachados. Por tanto vamos a padecer hasta que a Madurin le dé por darse cuenta que ese es el único camino. Mientras ni esperen que quiten el control de cambios. 
Cuando lo quiten, si el banco central no insiste en seguir haciendo política CANTINFLACIONARIA el dolar bajará de precio e incluso se estabilizará.
Pero como decía Chávez, copiándose al Eclesiastés: “Todo lo que va a ocurrir tiene su hora” y así como a él le llegó la suya, a este gobierno le va a tocar echar su firmita en un acuerdo con el FMI. La recesión en China y la caída del precio petrolero van a ser los detonantes. Esto no termina today, pero terminará.