miércoles, 19 de febrero de 2014

Un recuento de la actualidad

Tengo que reconocer que estos días fueron aleccionadores. Lo primero es afirmar que no se puede hacer nada, sin una planificación, e incluso cuando se planifica, siempre la realidad nos sorprende. Voy a lo concreto. El peor error político que había visto desde el paro petrolero, o desde el golpe de Carmona, fue este cuento de “La Salida” pero un error político, se puede transformar y de hecho se transformó en un exitazo, los estudiantes le demostraron a buena parte del planeta, que esto no es una democracia y que lo que tenemos es un gobierno de peleles, incompetentes y que ahora, los chavistas sin Chávez no saben transformar errores en puntos a favor, sino que se hunden en su propio estiércol. Bueno, lo que ocurre es que los fascistas del siglo XXI, sólo aceptan de Marx el devenir histórico y la predestinación, por eso creen que los individuos no aprenden y resuelven la historia de una manera distinta. Menos mal.
Lo otro, es la inmediatez y el Alzheimer venezolano, el único cuerdo de la partida, Henrique Capriles, ahora es un cobarde, que no azuza a los estudiantes y que no sale a pelear, cuando la pelea lleva ya varios muertos, más heridos, además de muchos más sometidos a la injusticia venezolana.
En esto tengo que comentar que los dos invitantes a “La Salida” están claramente definidos, a María Corina, quien respeto mucho como mujer y como profesional, creo que tiene que ir con el mago de Oz para que le regale una brújula, para ver si sabe dónde está, y qué puede ocasionar. A nuestro Leopoldo López hijo, le deseo que no lo metan preso, porque realmente de esa manera el gobierno lo estaría complaciendo y convirtiéndolo en el ídolo de los locos que creen que esto tiene sólo salida violenta, de corto plazo, y sin plan. ¿Se acuerdan de Carmona? ¿o no pueden con el Alzheimer?
Los únicos bravos son ustedes, pero ustedes no son mayoría, hay un montón de gente que votó en abril y que no está en ese plan, y hay algunos que votaron a Maduro, que hoy apoyan “La Salida” pero eso no es mayoría. La mayoría, recibe todavía subsidios, comida y otros beneficios, que hasta que no se terminen o no sean suficientes con la inflación no van a ponerse como ustedes. Esa mayoría es la que votó a Maduro, porque cree que si ganan los de la oposición, se los quitan. Permanecer en este juego, no saca a Maduro, lo atornilla y por eso, los que se fueron a La Florida, deben dejar de dar órdenes por Twitter y permanecer callados, ya demostraron que les interesa más su situación personal que el país, y deberían seguir cuidando sus prebendas y dejar lo que abandonaron y no supieron defender. Para entender a Venezuela, hay que vivir en ella y si regresan, deberían permanecer callados uno o dos años, hasta aprender cómo se bate el cobre y participar en la batida. Pero mientras no jorobe, goce de sus huracanes y sus hamburguesas pero no jorobe, usted no entiende este país, ni le interesa.
Para concluir, líder no es el que hace lo que todos quieren y se monta en la ola, con una tabla de surf. Líder es quien es capaz de motivar y mover a la gente a hacer lo que no sabía que era capaz de hacer, por eso, líder no es quien más grita, o quien le dice a usted que le van a dar caramelo y chocolate, cada vez que llore, líder es quien le dice a usted que el chocolate sale caro y que hay que pagarlo, pero él no se lo paga, él hace que usted diga que lo va a pagar.
Quiero hacer notar algo importante, yo voté a Henrique Capriles, pero lo hice a sabiendas que no pienso, ni creo en los que asesoraban económicamente a ese caballero y que iban a llevar a Venezuela a un nuevo desastre, otro lio como Caldera, u otro lio como el de Pérez. Sin embargo lo vote, por considerar que era mejor que Maduro. Ahora, estoy convencido, después de oír las diferentes veces que habló en la semana que es el líder que el país se merece. Pero este país siempre prefirió a los peores, y va como siempre por ese camino.

lunes, 10 de febrero de 2014

La Fatal Arrogancia


Hayek, denominó La Fatal Arrogancia, a la insistencia sobre todo la intelectual de creer que el socialismo puede ser realizado. En Venezuela, se ha intentado varias veces, unas menos radicales, y otras más, como la actual, todas tienen como consecuencia el fracaso. Veamos esto con la profundidad que permita el papel.
En 1989 el gobierno de Carlos Andrés Pérez firmó con el Fondo Monetario Internacional y eso suscitó toda una serie de malos entendidos en todos los que presenciamos ese acto. En algunos artículos que he escrito, expuse y sigo  afirmando que el Fondo Monetario no es, como se dice el sanedrín del Capitalismo. Ciertamente es el defensor de los gobiernos, los bancos centrales y un promotor del Comercio Internacional, por eso sólo le presta dinero a los países que han perdido reservas, para que no cesen en sus pagos y para que el comercio internacional no se detenga.
Pero a todas estas, el gran culpable, al que nunca se acusa de este acuerdo, fue el gobierno de Jaime Lusinchi que mantuvo un control de cambios que heredó del gobierno de Luis Herrera Campins y que no suspendió, hasta ver agotadas las reservas internacionales, ya que las líquidas alcanzaron a US$ 3000 Millones. Ese hecho fue lo que obligó al gobierno de Pérez a firmar con el FMI.
Los ministros de Pérez no creían en eso, y de hecho cuando la situación mejoró por el efecto de la invasión de Irak, se olvidaron de las privatizaciones y comenzaron a aplicar políticas heterodoxas que no tenían que ver con la libertad económica.
Pérez quizá fue el que menos creía en las políticas que dirigía, por eso, no presionó para imponerlas y de hecho el famoso “Paquete de Pérez” quedó como un coitus interruptus.
Desde entonces, se cree que los ministros de Pérez son “Neoliberales” y se tilda a aquellas políticas con el mismo adjetivo, cuando realmente algunas cosas tienen que ver con liberalismo, pero algunas no, por ejemplo en un régimen liberal no hay tantos impuestos y el gobierno es de menor tamaño. Pero todos creen que el FMI y que esas políticas son el liberalismo, siendo esto una falsedad.
En 2003, no hacía falta ningún control de cambios, pero haciendo caso omiso de los fracasos anteriores, se ejecutó, con la única finalidad de mantener de rodillas al país. Por supuesto, cuando se estableció, se aludió de nuevo a los sentimientos, se dijo, las reservas se iban a acabar, y todos los venezolanos tienen un miedo terrible con las reservas, todos creen que nunca son suficientes, es extraño, pero en un país donde es difícil hacer entender a todos que ahorrar es necesario, todos ven en las reservas un símbolo del ahorro. Pero las reservas no son el ahorro nacional. Son sólo el resultado de la gestión internacional de los nacionales.
Al crear el control de cambios se hizo lo peor, que es crear un apetito que no existía por las reservas y ese apetito no se sacia hasta no verlas agotadas, por eso es por lo que montar un control de cambios es el acto más criminal que puede cometer un gobierno.
Es curioso, pero en 2010 cuando el presidente Chávez devaluó por cuarta vez a Bs. 4.30 por dólar, el mismo Fondo Monetario, aplaudió la medida, por considerarla adecuada para el desempeño fiscal, si el FMI fuese capitalista o liberal, abogaría por los consumidores que fueron inmediatamente empobrecidos y expropiados con la devaluación. Pero la fama siempre va delante de nosotros, haciendo estragos sobre la realidad.
Hoy, el resultado de la política de control de cambios a la par de toda una suerte de errores “no planificados” es que ha dado al traste con las reservas internacionales y si uno revisa con cuidado el balance del banco central que se publicó en noviembre de 2013 (último disponible), hurgando en las cuentas de reservas lo que queda en las reservas líquidas para enfrentar los pagos, las subastas y cualquier otro desaguisado, es la significativa cantidad de 1200 millones de dólares.
Ahora las preguntas, debido a que en este momento estamos peor que en febrero de 1989. ¿Cuándo el gobierno nos va a decir la verdad? ¿Cuándo nos va a decir que lamentablemente se equivocaron? Que el socialismo es imposible y que además hay que solicitarle un préstamo al FMI y que por ahora, olvídense, que no hay más remedio.

sábado, 1 de febrero de 2014

Un plan para la economía venezolana


Hace años cuando este blog comenzó a reseñar los más diversos temas de nuestro quehacer, no sólo financiero, dije con respecto al gobierno “no creo que hagan nada.” De hecho, en materia política, este gobierno cuando tiene que tomar una decisión, la difiere, grita, insulta, y al final, lo que hace no sirve para nada, porque realmente hacen un  montón de cosas que no resuelven, antes bien, complican la situación del país.  
Este gobierno tiene ya catorce años continuos de fracaso, y no creemos que vayan a hacer algo distinto, por tanto, no escribo esto para pedirle al gobierno nada. ¿Quién en su sano juicio pensaría que la insensatez va a recobrar la cordura? ¿Cuántos errores han cometido y alguien ha visto alguna señal de arrepentimiento? En fin, de ilusiones también se muere y la muerte suele ser larga cuando de ilusiones se trata.
Sigo pensando, con absoluta sinceridad, que no hago esto para proponerme como candidato a nada, y ciertamente afirmo que los intelectuales somos pensadores, no actores políticos, por lo que me parece que un economista serio, no debería proponerse como político, para ello son los políticos.
¿Qué se debe hacer en un país como Venezuela? Pues la respuesta es sencilla, si usted pregunta mejor qué hizo Venezuela entre 1940 y 1974 para crecer tan impresionantemente y ahí está la respuesta. En 1940, la industria petrolera era un montón de trasnacionales que explotaban el petróleo y con ello, Venezuela obtenía en términos reales mucho más que lo que hoy obtiene, pero claro ahí van a saltar los necios que hablan de nacionalismo, y a ellos les pregunto ¿Qué hemos conseguido con la nacionalización que no sea corrupción, incapacidad y la llegada de toda una sarta de mediocres que se inician con Caldera en 1968 y termina con Maduro en 2013. Siento una admiración muy sincera por Betancourt, pero el guatireño inmortal cometió un error muy importante al considerar que no se deberían dar concesiones y abogar por la administración propia del negocio petrolero. Sin embargo, considero que hoy AD está entrampada, porque si Rómulo estuviese vivo, además de tener 100 años, se hubiese dado cuenta de lo que hizo Alan García en Perú y al igual que notó la brillantez de Haya de la Torre, hubiese descubierto que los partidos Socialdemócratas pueden adoptar el liberalismo. Lástima pero no hay líderes en AD que tomen el bate al estilo de Rómulo, con su brillantez y sentido práctico. ¿Qué hay que hacer?:

1.- Hay que privatizar todo, hasta el negocio petrolero para ver si por fin este país funciona y no es que en 1940 no hubiese industrias gubernamentales, las había pero no eran todas. Entonces si antes era urgente privatizar, hoy es inaplazable y cada segundo que pasa es más tarde, pero hay que empezar ya. Hoy es necesario privatizar, urgentemente todo lo nacionalizado, incluso las tierras que durante casi un siglo le pertenecen al gobierno, y de las cuales dispone como si él fuese el único dueño del Estado.
Pero esa privatización no puede ser como la hizo CAP, tiene que ser buscando un socio mayoritario que ejerza la administración y compartiendo su propiedad con todos los venezolanos. Eso obligará a dos cosas, que los nacionales comiencen a preocuparse por sus propiedades y a que el socio mayoritario tenga un muro de contención, en los accionistas minoritarios.
Eso llevaría a un desarrollo consecuente en los mercados de capital, un incremento en la recaudación impuestos, sin incrementar la tasa de recaudación, incluso podría disminuirse, contribuyendo al ahorro y al desarrollo del país, además de una mejora sustancial en la cultura y en el capital del venezolano que siempre ha sido un pobre endémico.

2.- Hay que reducir drásticamente los impuestos, tanto el IVA como el ISLR, en especial los que pechan a los trabajadores, ningún venezolano persona natural debe pagar impuestos, puesto que eso es una expropiación injusta. Los impuestos deben ser cancelados por las empresas, pero tampoco en esas tasas monstruosas que cobran en nuestro país. Un país sólo se puede desarrollar con bajos impuestos, y lo que tenemos no son bajos, y tampoco son impuestos, son expropiaciones injustas y legalizadas. Provocando a los gobiernos a planes faraónicos, inútiles y dañinos para el desarrollo del país.

3.- El gobierno debe conducir una reforma drástica en su presupuesto, no se puede seguir gastando como se lo hace, puesto que no estamos apoyando el desarrollo nacional, ciertamente, las compras de alimentos, productos e insumos al exterior es una traición a los nacionales, quienes pagan eso con desempleo, recesión y miseria. El gobierno debe reducir su tamaño, urgentemente y debe reducir sus gastos, puesto que él está para servir a los ciudadanos, con servicios decentes y los nacionales no están para mantenerlo en sus ineficiencias, errores y otros perjuicios que nos causa.

4.- El gobierno debe impulsar una reforma constitucional que limite seria y severamente sus atribuciones y que impida que otro loco, como todos los que nos han gobernado desde 1830 actúe como el propietario del país y nos vea a nosotros como sus esclavos.

5.- El gobierno debe establecer un plan para reducir el precio del dólar. En primer lugar, liberalizarlo, en segundo lugar no jugar emitiendo bonos y billetes a mansalva puesto que eso es lo que impulsa la devaluación y su posterior efecto en los precios. Si logramos esto, las expectativas que son las que marcan el nivel de los precios van a ser bajistas y los precios por fin cederán a la presión que siempre es efectiva por la falta de disciplina del gobierno y por la falta de probidad del BCV que alcahuetea todo lo que el gobierno desea.

6.- El gobierno debe dejar que las fuerzas del mercado actúen libremente, y fundamentalmente no mentir. Ya nadie recuerda, pero todos los gobiernos que han establecido controles de cambios dijeron que nunca los iban a montar, y todos los gobiernos que devaluaron la moneda, dijeron que ellos no iban a devaluar. En 2003, cuando se estableció el último control, era innecesario sin embargo, el gobierno dijo que era provisional, que lo hacían por necesidad y que lo suspenderían cuando las Reservas llegaran a US$ 18.000 millones. La promesa seguro que se realizó porque jamás creyeron que iba a llegar ahí, de hecho, pasó de largo y no liberaron el cambio. ¿qué pasó? Están esperando que vuelva a US $18.000 millones? Los gobiernos que mienten, no crean confianza y si no hay confianza, nunca va a haber crecimiento de verdad. Todo será como lo que hemos visto hasta hoy.