viernes, 27 de noviembre de 2009

El Banco Central otra vez

Recientemente se reformó la ley del banco central, para hacerlo aún más útil a los efectos de la política. Es absolutamente inútil expresar malestar, o hacer críticas si quienes hacen lo que hacen creen que tienen la razón y que no se van a equivocar.
Lo único que queda a los que esperamos que se inicien las reformas es proponer reformas de verdad.
Los bancos centrales no son en lo más absoluto necesarios para el buen desenvolvimiento económico, de hecho, los más viejos son el de Suecia (1668) y el de Inglaterra (1694) el primero era propiedad del Estado Sueco y el segundo privado, pero funcionaba con autorización del gobierno Inglés. Como se nota la civilización funcionó sin ellos, casi sin problemas. De hecho los bancos centrales modernos son de finales del siglo XIX y principios del XX. El Banco de la Reserva Federal, fundado en 1913 es totalmente público, aunque hay algunos escritores creativos que inventaron una historia en la cual el FED es privado y que le pertenece a familias ricas del siglo XIX, que ya no figuran entre los más ricos, pero los socialistas generalmente, son así, inventan historias sin documentos, basados en teorías conspirativas que al final la gente acepta porque creen que así debería ser, sin importar que la verdad sea otra.
Estos bancos tienen que funcionar atados al gobierno, y son el vínculo entre los gobiernos que siempre son organizaciones delictivas y sus cómplices económicos y financieros los bancos. Como los bancos no podrían subsistir en un sistema de créditos sin respaldo, como el que existe desde el siglo XIX y como fue ratificado con el consenso keynesiano, ellos requieren un banco central para que les inyecte liquidez, de manera de no hacer crisis y llevar a un colapso financiero. Sin embargo, estos fenómenos se siguen dando, fundamentalmente producto de la poca ética de los banqueros y en segundo término por la complicidad del banco central y los organismos de control gubernamental.
Como los bancos prestan creando dinero artificial, entonces quienes reciben esos pagos son temporalmente aquietados, porque quienes depositaron dinero de verdad facilitan los fondos para que parezca cierto que hay dinero en los bancos. Cuando se presentan problemas de “corto plazo” el banco central puede suplir esos billetes para que la ilusión permanezca, pero en los momentos de crisis masiva del sistema, es cuando ninguno se da abasto y las consecuencias no se hacen esperar, estas son alzas en las tasas, devaluación y por supuesto, recesión. Desde entonces (siglo XIX) las economías están sujetas a sucesivos ciclos de expansión y recesión y todos le echan la culpa al Capitalismo. Como este no tiene quien lo defienda, entonces, víctima de un socialismo más ligero termina difamado y también, como las personas comunes y corrientes quieren verdades absolutas, aceptan esta como otro “dogma de fe”, ahora bien, si usted leyó esto sabe que los culpables de las crisis y las recesiones son el banco central, el gobierno y los banqueros, los tres socios en el contubernio delictual de la acción gubernamental.
Ahora, el Banco Central de Venezuela acaba de recibir una nueva ley. Esta ley lo que hace es convertir en legal las atrocidades que se están poniendo en práctica desde hace diez años. El resultado de esto ni siquiera está en manos de los que desde el gobierno pretenden dirigir la economía, el resultado de esto está gestándose en Dubay, su crisis de deuda le va a pegar duro al mercado petrolero y al sistema financiero otra vez. Esta crisis no tiene solución de corto plazo.
Queremos que quede bien claro, los gobiernos no son hábiles para gerenciar la economía, ni el norteamericano, ni ningún gobierno europeo, menos un cuartel que se cree país y que pretende que las leyes del mercado, como las de gravedad obedezcan las órdenes de quien no sabe hacer un cheque.
Prepárense, tenemos crisis para rato.