domingo, 22 de enero de 2012

Cuando oyes a las gallinas cantar...

Mi papá era Venezolano de origen libanés. Sin embargo, se crió en El Líbano porque mi abuelo, junto a toda la familia regresó a El Líbano en 1932. Fueron a comprar tierras, pero en 1938 la familia había comprendido que Venezuela era mejor destino que El Líbano y se inició el regreso con Juana mi abuela y Josefina mi tía, quien igual que mi padre había nacido en Venezuela.

Así mi abuela regresó pasando primero por República Dominicana, que era el sitio donde estaban sus primos y hermanos. Al poco tiempo estaba otra vez en esta tierra de gracia que yo deseo siempre que sea quien reciba mis huesos o mis cenizas, que al fin son el recuerdo de mi paso por esta vida.

Amo a El Líbano, como mi padre me enseñó a amarlo, pero esta es la tierra que mi abuelo llamaba el mejor país del mundo, donde la gente no se pelea por religión y donde nadie devalúa su moneda. Mi abuelo no conoció a todos los que transitaron por esta tierra desde Tinoco padre hasta Chávez y ellos consiguieron devaluar consistentemente la moneda y hacer que nos matemos por una religión que llaman socialismo.

He cometido muchos errores en mi vida y de todos me siento orgulloso, cosa que no todo el mundo puede afirmar. Orgulloso porque son la lección permanente de lo que no se debe hacer y me he equivocado mucho. Eso sí, jamás voté por Chávez, y jamás apoyaría a ningún militar, porque entiendo a cabalidad que no son líderes de nada. Un líder no es quien grita, sino quien tiene respuestas cuando alguien le discute y quizá la mejor respuesta cuando uno ha cometido todos los errores del mundo es decir me equivoqué. Ser líder es saber, también, cuando es uno quien se equivoca y eso es algo que ninguno de los presidentes que hemos tenido desde Monagas ha sabido hacer. Con la triste excepción de Rómulo quien dejó el comunismo de Costa Rica, para tratar de cometer el error que cometió en Venezuela.

Pocas claridades ha habido en la historia de Venezuela, una quizá fue la del General Páez, la otra de Guzmán Blanco. Pero eso es demasiado atrás para que el recuerdo de los venezolanos lo alcance.

Mis alumnos, algunos de los que siguen este blog hablan de que no escribo mucho, puede ser, pero es que yo no soy Chávez, ni Carlos Andrés, no digo mucho porque tengo que reflexionar y ese es un proceso que en mi caso es serio. Tengo años considerando que todo lo que nos rodea es mediocridad y frivolidad y de hecho casi todos los precandidatos, son eso. Hoy tengo que afirmar algo que no es común en mi. Mi padre siempre comentó que el día que murió mi abuelo, cantó una gallina, mi bisabuela, la madre de mi abuela mató a esa gallina, porque decía que eso significaba que cuando las gallinas cantaban era porque los gallos estaban muertos y en efecto en la tarde de ese día murió mi abuelo Antonios. Hoy puedo decir que en este país, a falta de gallos canta la gallina y como dicen en árabe “Bravo aleik” que viva ella, Maria Corina es la gallina de un patio en el que los gallos, todos están muertos y que en paz descansen.


P.S.: Doña María Corina, cuando hable con Hugo, quien no se ha cansado de destruir el país y lo que llaman la majestad presidencial, no lo haga mirando hacia arriba, porque los zamuros, nunca cazan, ni moscas, y cuando comen lo hacen sobre el suelo.